Vie 19.12.2014

EL MUNDO  › PUTIN FRENTE A LA BAJA DEL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES

La crisis según el Kremlin

Después de perder 80.000 millones de dólares de sus reservas y ver al rublo devaluarse un 45 por ciento, el presidente ruso culpó a la economía mundial y dijo que las sanciones sólo son “el 30 por ciento del problema”.

› Por Agustín Fontenla

Desde Moscú

En su décima rueda de prensa anual y ante más de 1200 periodistas de Rusia y el mundo, el presidente Vladimir Putin aseguró que, en el peor de los escenarios, la economía de su país se recuperará en dos años. Putin afirmó que la clave para recuperarse de la actual crisis es que se recupere la economía mundial y eso genere una mayor demanda del petróleo y el gas rusos. El cuadro actual incluye una devaluación del rublo de más del 45 por ciento, la pérdida desde enero de 80.000 millones de dólares de las reservas de 400 mil millones del Banco Central y una drástica caída de los ingresos de divisas por el hundimiento del precio del petróleo. Según las proyecciones oficiales, en 2015 el producto interno bruto crecerá entre un 0,6 y 0,7 por ciento. Aunque se esperaban medidas económicas o políticas, Putin sólo destacó la labor del equipo económico y del Banco Central y prometió que se ayudará a los sectores que precisen de divisas.

La situación económica actual es alarmante no sólo para el Kremlin y la sociedad rusa, que es la principal afectada por la devaluación de su moneda, el aumento de los precios y una amenaza de recesión. Es un problema también para otros países, principalmente de la Unión Europea, que no logran dejar atrás la crisis económica iniciada en 2008 y tenían en Rusia un buen mercado de consumidores. Apenas el líder ruso daba por terminada su conferencia de más de dos horas de duración, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, declaraba que “una Rusia en crisis era una mala noticia para los países europeos”. El primer ministro de Italia, Mateo Renzi, manifestaba con cierto dramatismo que “absolutamente no” se debían a aplicar nuevas sanciones contra Rusia.

Putin negó que la actual crisis económica sea producto de la anexión de la península de Crimea en marzo pasado, y aunque se refirió a la caída del precio del crudo y el gas como las causas principales, sostuvo que las sanciones aplicadas al país por la crisis de Ucrania explicaban “entre un 25 y un 30 por ciento de los problemas” de la economía nacional.

El conflicto en el este ucraniano fue uno de los focos de las preguntas de la prensa. El líder ruso no aceptó discusiones y aseguró que Rusia actuaba bien y Occidente mal. Aunque ponderó la actitud del presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, de intentar solucionar el conflicto, sostuvo que está acompañado por otras fuerzas políticas que no quieren que se resuelva. Y nuevamente negó la existencia de soldados rusos en la región del Donbás y aseguró que los ciudadanos de su nación que pelearon contra las fuerzas de Kiev no pueden ser llamados mercenarios, porque no reciben dinero, sino que lo hacen por su propia voluntad.

Aunque Barack Obama y Angela Merkel anunciaron reiteradas veces que si Rusia cambia su postura frente al conflicto en Ucrania se podrían cancelar las sanciones, Putin no parece resuelto a soltarles la mano a los independentistas. Su respuesta fue que la crisis debe “resolverse a través de medidas políticas, no con presiones, bloqueos económicos o el uso de la fuerza militar”, aunque luego afirmó que “se deben seguir los principios de la legislación internacional y que el pueblo de Novorossiya (las provincias de Donetsk y Lugansk) tiene el derecho de decidir su destino”.

Putin adoptó una posición que le sale bien, la de victimizarse frente a Occidente. Y, como siempre, presentó bien sus argumentos. Cuando le preguntaron por las reiteradas denuncias de vuelos de aviones rusos en el espacio aéreo de la OTAN, aseguró que se reanudaron porque cuando en los noventa el Kremlin los canceló, Estados Unidos siguió realizándolos sobre territorio ruso. Sostuvo que desde la caída del Muro de Berlín la alianza militar no paró de expandirse y se refirió al sistema antimisiles que “están desplegando en Rumania”. Además, se preguntó quién era el agresor si el presupuesto de defensa de Rusia para el 2015 es diez veces menor al del Pentágono. En su visión de los hechos, “Rusia no ataca a nadie”, sólo defiende sus intereses y ésa es la razón de la “insatisfacción de los socios occidentales y Estados Unidos”.

El mismo día de la conferencia anual, los medios locales publicaron una encuesta sobre la imagen de Putin. La Asociación Press-Norc, del Centro para Investigaciones de Asuntos Públicos, aseguró que el 80 por ciento de los ciudadanos de la Federación apoyan al presidente.

La determinación de Putin es fuerte, a pesar de que en esta intervención se lo vio más dubitativo y cansado que en otras anteriores. Lo cierto es que esta jornada el rublo volvió a perder frente al euro y al dólar, y el temor a una crisis económica seria y prolongada persiste en el humor social.

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