Desde México DF

No habrá Navidad para ellos. Los padres, las madres, los hermanos y hermanas, las familias enteras de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre, y los otros tres que fueron asesinados junto con otras tantas personas esa misma noche en Iguala, Guerrero, no están para celebrar. “Va a ser una Navidad bien triste, sin él y sin compañeros”, dice María Inés Abraján, tía del normalista Adán Abraján de la Cruz. Estanislao Mendoza, padre de Miguel Angel, contiene el llanto para decir frente a una cámara: “Mi hijo no está... nomás los recuerdos quedan, pues”.

Son los testimonios de las familias que no se cansan de reclamar justicia, grabados en un video documental sobre la petición que hacen “para que la sociedad siga trabajando junto a ellos en su búsqueda de justicia”.

Margarita Zacarías Rodríguez no contiene las lágrimas para explicar que “en mi casa ya no va a haber Navidad, porque siempre tengo el recuerdo de mi hijo”, Miguel Angel Mendoza Zacarías, uno de los 43 jóvenes estudiantes que sufrieron desaparición forzosa a manos de las policías municipales de Iguala y Cocula hace ya casi tres meses. Hasta ahora, sólo los restos de uno de ellos, Alexander Mora Venancio, han sido identificados entre todos los despojos humanos encontrados en decenas de fosas clandestinas descubiertas en este mismo lapso en las afueras del pueblo en el que fueron atacados supuestamente por órdenes del alcalde José Luis Abarca, preso y sujeto a proceso por secuestro y homicidio. Su esposa, María de los Angeles Pineda Villa, vinculada ella y su familia al crimen organizado local, fue detenida junto con él, pero después fue liberada.

Ayer el alcalde de Cocula, César Miguel Peñaloza Santana, rindió declaración en la Procuraduría General de la República, luego de haber sido trasladado a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) desde la noche del viernes pasado. Según la PGR, la policía municipal de Cocula participó en la desaparición de los estudiantes, los cuales según la versión oficial habrían sido asesinados y sus cuerpos incinerados en el basurero local. Restos humanos fueron encontrados en un riachuelo cercano.

“Vivos se los llevaron y vivos los queremos. Le exigimos al gobierno que ya se pongan a buscar o que nos den respuesta, porque ya son tres meses que no sabemos nada de nuestros hijos”, dice Epifanio Alvarez Carbajal, y ruega: “Nosotros queremos, como padres, decirle a toda la sociedad que nos ayude, que nos apoye”.

Pero no sólo a los mexicanos de a pie recurren los padres de los estudiantes desaparecidos. María Inés Abraján apela “a las autoridades a nivel internacional para que exijan al gobierno de México, a Enrique Peña Nieto, para que nos ayude a solucionar los problemas que está suscitando en cada municipio”.

Además, los familiares de estudiantes desaparecidos y asesinados solicitaron que el papa Francisco exija al Estado mexicano la aparición con vida de sus parientes y se pronuncie públicamente sobre el caso, así como que los reciba a mediados del año próximo.

Lo hicieron anteayer, mediante unas cartas que entregaron al nuncio apostólico en México, Christophe Pierre, en una reunión privada que mantuvieron luego de que el prelado celebrara una misa en el patio de la escuela normal rural de Ayotzinapa en la que estudiaban los jóvenes.

En la nota, los parientes pidieron a Pierre y al arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, que apoyen su solicitud de que el pontífice se pronuncie sobre el caso mañana, en la homilía de la misa de Nochebuena.

“Les pedimos que manden el mensaje al Papa; estamos solicitando su apoyo para que lleven la voz y el dolor al Papa, para que en su homilía pida por los normalistas”, informó Felipe de la Cruz, vocero habitual de los padres de los muchachos desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado.

Tanto Pierre como Garfias expresaron el apoyo de la Iglesia Católica a los familiares. “Como Iglesia, hemos ofrecido el acompañamiento espiritual y psicosocial, atención y cercanía, así como oración permanente en toda la Iglesia en México”, dijo el arzobispo Garfias.

“Buscaremos el diálogo directo para poder hacer llegar a las autoridades la petición de los padres de los jóvenes desaparecidos”, que “hacen una petición para que sean recibidos a mediados del año próximo por el Papa”, agregó el prelado.

Durante la homilía de la misa, Pierre reconoció que, “cuando uno sufre, lo peor es sentirse solo y abandonado”, y les aseguró a los parientes de los jóvenes desaparecidos que el Papa está con ellos.

Al final del video, María Inés Abraján estruja a cualquiera que lo esté viendo: “Les deseamos una feliz Navidad y que no se olviden también de nosotros”.