Parientes de los 43 estudiantes desaparecidos hace tres meses en el estado sureño de Guerrero protestaron frente a la residencia presidencial de México y a la embajada de Alemania. Medio centenar de familiares llevaron su protesta anoche, en plena Nochebuena y en medio de la lluvia y el frío, a las inmediaciones de la residencia presidencial Los Pinos, cercada por un vallado y por decenas de efectivos de fuerzas de seguridad. La manifestación se realizó bajo la consigna “Ni Navidad ni Año Nuevo. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”

El motivo de la protesta fue resaltar que a casi tres meses “de la desaparición forzada de los estudiantes, aún el gobierno federal no ha dado una respuesta, ni siquiera una pista”, explicó el vocero habitual de los parientes de los jóvenes, Felipe de la Cruz, quien advirtió que seguirán pidiendo al presidente Enrique Peña Nieto que los estudiantes aparezcan vivos “porque fue el Estado el que cometió este crimen, fueron policías, fue el Ejército”. “Estamos recordándole” al mandatario “que su Navidad no va a ser feliz como él pensaba, porque no es feliz para nosotros tampoco”, señaló.

El vocero criticó a Peña Nieto y al secretario de Gobernación (ministro del interior), Miguel Osorio, porque “se les olvida” que la protesta de los familiares es pacífica. “No hemos cometido ningún delito, simplemente estamos exigiendo un derecho a la seguridad y ellos están violando la Constitución por no querer darnos paso a Los Pinos”, que “es un lugar que es del pueblo y público”, argumentó De la Cruz.

Por otra parte, parientes de los 43 estudiantes desaparecidos se manifestaron ayer frente a la sede de la Embajada de Alemania, debido a versiones de que las armas utilizadas para reprimir a los muchachos fueron fabricadas en ese país. El abogado de los familiares, Vidulfo Rosales, explicó que Alemania tiene prohibido vender armas a cinco estados de México con conflictos políticos y sociales: Chiapas, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca y Guerrero, donde ocurrió el ataque a los estudiantes. “Tus armas asesinaron a mis hermanos” y “Deja de vender armas a México”, decían algunas de las pancartas enarboladas frente a la sede de la representación diplomática alemana.