Seis fosas con diez cuerpos y once cabezas humanas fueron halladas en el estado de Guerrero, en el sur de México, no muy lejos de la zona donde desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa hace tres meses y medio y donde se registra una disputa entre dos grupos criminales que operan abiertamente, pese a la presencia de soldados y policías federales, informó ayer la prensa local. La Fiscalía General del Estado indicó que el descubrimiento fue realizado en el municipio de Chilapa de Alvarez, en la región conocida como La Montaña, donde se habla de una disputa sin cuartel entre las bandas de Los Rojos y Los Ardillos. El hallazgo fue hecho cerca del poblado de Tepehuixco, en medio de campos de cultivo de maíz, frijol y calabaza. Las víctimas, cuyos cuerpos no mostraban estado avanzado de descomposición –de hecho se cree que fueron asesinadas una semana atrás–, mostraban signos de tortura, estaban atadas de pies y manos y presentaban impactos de bala. Según el gobierno federal, Los Rojos es un grupo criminal que dirige un hombre identificado como Zenén Nava Sánchez, y Los Ardillos, afincado en el municipio de Quechultenango, está encabezado por Antonio y Celso Ortega Jiménez, hermanos del diputado local del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y presidente del Congreso local, Bernardo Ortega, informó ayer la revista mexicana Proceso. “En las últimas semanas han recrudecido los tiroteos en distintos puntos de Chilapa, donde los grupos criminales operan abiertamente, pese a la presencia de soldados y policías federales”, puntualizó el semanario en su versión on line. Testigos de los hechos aseguran que los tiroteos dejaron al menos cinco muertos y una decena de desaparecidos en ese lugar colapsado por la narcoviolencia. Familiares de las víctimas se negaron a presentar una denuncia formal ante autoridades municipales, de la gobernación o federales por desconfianza y temor a sufrir represalias.