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Los fondos de la ETA
La mitad de los atentados con bomba cometidos por ETA este año han tenido como principal objetivo la extorsión a empresas del País Vasco, una línea hasta ahora complementaria aunque constante en su actividad violenta. Las dos bombas colocadas bajo dos camiones de la empresa Olloquiegui de Irún, que calcinaron once vehículos, han causado unas pérdidas estimadas inicialmente en dos millones de euros. El repaso estadístico de los atentados de ETA refleja, para los analistas, lo necesitada de fondos que está esta banda terrorista, a la vez que demuestra a las claras su mermada capacidad operativa. No sólo llama la atención la progresiva disminución de atentados –este año lleva 17 frente a los 26 del pasado– sino que ha invertido la orientación de sus intereses aunque mantenga intactos los objetivos principales de su actuación. Este año, ETA ha puesto el acento y el esfuerzo de sus activistas en la presión y la amenaza a las empresas y empresarios vascos con el fin de impedir que se produzca un relajamiento en la recaudación del impuesto revolucionario, una práctica histórica para la banda, que le ha proporcionado jugosos resultados.