El ejército israelí ha dado orden de expulsar a Gaza a 15 palestinos detenidos vecinos de Cisjordania, como represalia a su militancia política y sus actividades en defensa de la Intifada. La medida ha provocado la indignación y protesta de las organizaciones de defensa de los derechos humanos, que consideran que esta medida supone un abuso de derecho y va contra todas las convenciones y acuerdos, por cuanto ninguno de los afectados por esta expulsión ha sido juzgado o existen cargos contra ellos. Mientras tanto, las tropas israelíes volvieron a entrar en el campo de refugiados palestinos de Rafah, de donde se habían retirado el sábado. Los detenidos, vinculados a Hamas, Yihad Islámica y Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, han sido trasladados en los últimos días a una prisión militar de Erez, de donde se espera que en poco menos de 48 horas serán llevados a Gaza, donde podrán permanecer el resto de sus vidas con absoluta libertad, pero sin la posibilidad de regresar a sus casas en Cisjordania.