Israel anunció ayer que volverá a entregar a la Autoridad Palestina los impuestos que recauda en su nombre, tras haber decidido retenerlos a principios de este año, después de la adhesión de los palestinos a la Corte Penal Internacional (CPI). “Los ingresos de los impuestos acumulados durante febrero se transferirán, tras haber descontado lo abonado por servicios a la población palestina, incluyendo electricidad, agua y facturas de hospital”, indicó la oficina del primer ministro en un comunicado.

Todos los meses, Israel transfiere a la Autoridad unos 127 millones de dólares de aranceles aduaneros sobre productos destinados a los mercados palestinos que transitan por puertos israelíes. Excluyendo la ayuda internacional, estos ingresos representan alrededor de dos tercios del presupuesto anual de la Autoridad.

“Esta decisión se tomó por razones humanitarias y más globalmente en función de intereses israelíes en estos momentos”, según el comunicado.

Tras la victoria electoral el 17 de marzo del primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, y su designación para formar un nuevo gobierno, los palestinos tienen previsto presentar el 1º de abril sus primeras denuncias por presuntos crímenes de guerra contra los dirigentes israelíes ante la CPI. La adhesión de los palestinos a la CPI, que juzga a los responsables de genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, indignó a los israelíes.

El mensaje no dice sin embargo si Israel, además de pagar las sumas congeladas (para diciembre, enero y febrero), volverá a hacer los giros mensuales de unos 110 millones de euros de tasas y derechos de aduana.

Interrogado al respecto, un funcionario gubernamental no quiso dar datos sobre el asunto. El gobierno palestino indicó que, “hasta ahora, no hemos recibido ni dinero ni información oficial”, dijo un portavoz, Ihab Bseiso.