Desde Brasilia

“La madre de todos los escándalos.” Unos 7000 millones de dólares fueron depositados por clientes brasileños en las cuentas offshore del banco HSBC, donde fueron lavados fondos procedentes de la evasión fiscal, sobornos y hasta narcotráfico en decenas de países. A pesar del lobby financiero que habría operado para abortarla, el martes fue instalada una comisión parlamentaria dedicada a investigar el origen del dinero brasileño. “Es extraño ver el estridente silencio que el Swizaleaks del HSBC ha tenido en la gran prensa”, dijo el senador Randolfe Rodrigues, mentor de la comisión, al defender el proyecto en el recinto. Rodrigues, de 42 años, suele protagonizar debates encarnizados con sus colegas conservadores de la Cámara alta, poco entusiasmados con la idea de aproximar una lupa a las muy dudosas cuentas del HSBC. Mientras la prensa cubría con desinterés la formación de la CPI (Comisión Parlamentaria de Investigaciones) en el Lesgislativo, desde el Ejecutivo Dilma Rousseff designó a un hombre de confianza, el viceministro de Justicia Beto Vasconcellos, para establecer contacto con las autoridades suizas a fin de obtener informaciones oficiales. Durante una entrevista con Página/12, Randolfe Rodrigues, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL,izquierda), aseguró que el monto del dinero enviado a Suiza supera al “Petrolao”, el esquema de sobornos montado en torno de la Petrobras, también investigado en el Congreso –en este caso con obsesiva cobertura periodística–, donde sectores de la oposición alientan el impeachment contra la presidenta.

–¿En qué se basa para afirmar que este caso es más grave que el “Petrolao”?

–Brasil está en el centro de ese escándalo internacional, las informaciones disponibles indican que hay 8667 brasileños con 6606 cuentas registradas con un monto cercano a los 7000 millones de dólares. Brasil es el cuarto país del mundo en número de cuentas y el noveno por el monto de los depósitos, depósitos que son más cuantiosos que los de los sheiks de Arabia Saudita. Para tener una magnitud del dinero evadido, podemos decir que es equivalente a los 21.000 millones de reales que el gobierno pretende obtener con los nuevos impuestos y el recorte de beneficios laborales previsto en el duro paquete del Ministerio de Hacienda (Joaquim Levy). Es decir, este escándalo envuelve sumas más altas que las contabilizadas en la corrupción de Petrobras. Para muchos el caso del HSBC en Ginebra es la madre de todos los escándalos. Es necesaria una profunda investigación por parte los organismos de fiscalización del Estado y del Parlamento.

–¿Está confirmado que empresarios de comunicación tenían cuentas en el HSBC?

–Por lo pronto no puedo acusar ni exculpar a nadie por tener una cuenta, quiero investigar cuenta por cuenta, esa es la tarea de la comisión parlamentaria, pero puedo decir que hay indicios de que varias de esas cuentas sirvieron para encubrir crímenes en Brasil. Hasta el momento lo que hemos visto es que en esa lista aparecieron personas de mucho peso en las grandes empresas de comunicación de Brasil, pero es necesario chequear para saber si son depósitos legales.

–¿Teme que los grandes medios boicoteen las investigaciones?

–Por mi parte, yo voy a cumplir con mi deber. Voy a seguir adelante encuentre lo que encuentre, le duela a quien le duela, esa es mi misión. Por otra parte creo que nada resiste a las evidencias que aportan los hechos y, si se confirma que esos hechos son tan graves, creo que al final todo esto deberá tener repercusión periodística, porque el buen periodismo no puede huir de la noticia.

–¿La prensa ningunea esta historia?

–Hace poco tiempo que el caso HSBC comenzó a tener cobertura intensa en uno de los diarios de la gran prensa, el diario O Globo. En mi opinión un caso de esta magnitud debería tener una cobertura más profunda en la prensa brasileña y espero que esto ocurra.

–¿Cómo analiza el hecho de que las mismas empresas noticiosas que tratan con desdén el Swizaleaks fueron la vanguardia de la convocatoria a las marchas contra Dilma con el pretexto de acabar con la corrupción?

–El principal impulsor de la movilización del 15 de marzo fue la gran prensa, que estuvo anunciando la marcha con mucha anticipación. A pesar de eso, no se puede negar que fue la mayor manifestación desde la campaña conocida como Directas realizada en 1984 cuando se pedía el voto directo. Hoy en Brasil hemos conquistado el derecho de salir a la calle para protestar, para gritar Fuera Presidente, al contrario de lo que ocurría en la dictadura, cuando el pueblo no tenía voz, cuando no se podía decir Fuera Ernesto Geisel (presidente de facto 1974-1979). Pero lo que me preocupa en la actualidad es ver manifestaciones radicalmente conservadoras y antidemocráticas pidiendo la vuelta de la dictadura. Es algo inaceptable. Debemos recordar que en Alemania, por ejemplo, la apología del nazismo es un crimen.

–¿Es real la posibilidad de impeachment contra Dilma?

–No lo creo, no hay ningún elemento que indique el involucramiento de la presidenta de la República en los acontecimientos que envuelven a Petrobras. Un impeachment en estos momentos sería lo mismo que echar a la presidenta, y eso es un golpe. Además, la Constitución dice claramente en su artículo 49 que la presidenta sólo puede ser procesada por actos ocurridos durante su gobierno (el escándalo Petrobras es en parte anterior a su mandato), y es por eso que no hay motivo para el impeachment. En realidad creo que ni la derecha lo quiere, lo que ellos buscan es alimentar un movimiento que desgaste a la presidenta.

–¿Coincide con los campesinos sin tierra, que proponen ocupar las calles para contener el golpismo?

–El pueblo siempre debe estar preparado frente a toda amenaza a la democracia y las instituciones.Es importante el apoyo de los movimientos sociales concientizados y los partidos de izquierda, incluso el nuestro, el PSOL. Cada vez que alguien haga una apología de la dictadura debemos responder demostrando las cualidades de la democracia.

–¿Lo sorprendió la buena respuesta obtenida por los sindicatos y movimientos populares en los actos en defensa de Petrobras y contra la desestabilización?

–Los actos del 13 de marzo tuvieron una concurrencia razonable, pero convengamos que fue menos gente que la movilizada contra el gobierno el domingo 15 (marzo). Brasil vive bajo una onda conservadora, no podemos ser pasivos ante ello, el avance de esa onda no debe dar lugar al retroceso de los sectores progresistas de la sociedad.