Mié 01.04.2015

EL MUNDO  › LAS NEGOCIACIONES PARA LOGRAR UN PACTO CON TEHERáN CONTINúAN HOY TRAS LOGRAR AVANCES

Irán y Occidente juegan al ajedrez nuclear

Los enviados de Irán, Estados Unidos y otras potencias acordaron seguir discutiendo, vencido el plazo de ayer, a fin de lograr un acuerdo de principio sobre el programa nuclear del país persa. Informaron que hubo suficientes progresos en puntos clave.

Las negociaciones para redactar un pacto con Irán sobre su programa nuclear continuarán hoy tras lograr avances, anunció ayer la portavoz del Departamento de Estado norteamericano Marie Harf a pocas horas de cumplirse el plazo final. “Hemos hecho suficientes progresos en los días pasados para merecer que nos quedemos hasta el miércoles (por hoy)”, declaró Harf en un comunicado. El canciller iraní, Mohamed Yavad Zarif, dijo que avanzaron bastante, mientras que su colega ruso, Serguei Lavrov, declaró optimista que lograron consensuar varios puntos principales.

Tras varios días de frenéticas reuniones a puertas cerradas en Suiza entre la República Islámica y las principales potencias del mundo y una lluvia incesante de rumores, uno de los negociadores de Irán en el diálogo nuclear reconoció que aún quedan algunas diferencias por dirimir antes de alcanzar un acuerdo sobre el programa iraní. “Todavía hay otros temas que deben ser resueltos esta noche”, aseguró el director político del Ministerio de Exteriores iraní, Hamid Baidi Nejat, ante un grupo de periodistas en el hotel de Lausana, en donde se realizan las negociaciones.

Horas antes, una fuente diplomática estadounidense cercana al diálogo en Suiza había adelantado algo similar. “Nuestros expertos y diplomáticos están trabajando muy duro contrarreloj para ver si pueden alcanzar un acuerdo. Nuestro equipo está evaluando en qué punto estamos y tomando decisiones sobre el mejor camino a seguir. Por supuesto, si continuamos con los avances seguiremos trabajando, incluso hasta mañana, si es útil hacerlo”, explicó ayer el funcionario norteamericano.

Uno de los datos preocupantes que había dejado el lunes fue la partida del canciller ruso, Lavrov, por razones desconocidas. Ayer el ministro dio una conferencia de prensa para explicar que “planea regresar a Lausana”. “Las perspectivas de la nueva ronda de negociaciones no son malas, yo incluso diría que son buenas. Hay grandes posibilidades. Seguramente no son del ciento por ciento, pero nunca hay seguridad del ciento por ciento de que las posibilidades puedan aprovecharse plenamente”, contó Lavrov, quien regresó a Lausana para reunirse con sus homólogos en el palacio Beau Rivage, donde la atmósfera se iba electrizando según se acercaba el plazo de vencimiento.

El domingo pasado y otra vez ayer los ministros de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, Francia y Alemania, John Kerry, Laurent Fabius y Frank-Walter Steinmeier, respectivamente, cancelaron sus agendas para quedarse en Lausana y presionar personalmente para alcanzar un acuerdo marco que permita mantener vivo el cronograma aprobado a fines del año pasado.

Según este cronograma, Teherán y las seis potencias que se adjudican la representación de la comunidad internacional –el llamado Grupo 5+1 compuesto por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China– debían llegar a un acuerdo marco antes de la medianoche de ayer y luego a un texto definitivo para mediados de año. Por primera vez en una década las principales potencias del mundo presionan para llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní y poner fin así a años de conflicto y de sanciones, que actualmente asfixian la débil economía de Teherán.

Las potencias occidentales sostienen que cualquier acuerdo debe limitar los aspectos más delicados de su programa nuclear, como la producción de uranio enriquecido y plutonio, al tiempo que la agencia nuclear de Naciones Unidas pueda verificar y controlar de cerca todas sus actividades, incluyendo la investigación y el desarrollo. De esta manera, sostienen, pueden garantizar que Teherán no utilizará su programa de energía civil como una fachada para desarrollar armas nucleares. La contraparte que demanda Irán es que las potencias levanten de manera definitiva las sanciones internacionales que pesan sobre su país.

Oficialmente no se conoce ningún detalle del texto que se está negociando hace meses. Sin embargo, analistas y medios internacionales estiman que uno de los puntos más complicados es que Irán solicitó seguir investigando con nuevas generaciones de centrifugadores avanzados, que puedan enriquecer más rápidamente el uranio y en mayores cantidades que los que ahora tiene en sus plantas.

Otro de los temas que creen que genera diferencias es el de la premura con la que se rebajarán las sanciones económicas y comerciales contra Irán, aprobadas multilateral y unilateralmente por Naciones Unidas y las potencias occidentales.

Entre los detractores de un eventual acuerdo nuclear se destacan el gobierno israelí, las autoridades sauditas –ambos aliados incondicionales de Washington– y la oposición republicana en Estados Unidos.

Ayer el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a advertir que Irán estaría a menos de un año de conseguir un arma nuclear y, por eso, pidió suspender las negociaciones con Teherán. Hoy Netanyahu y el líder de la oposición republicana en el Congreso, John Boehner, se encontrarán en Jerusalén y darán una conferencia de prensa. No hay dudas de que el tema central de esta reunión será lo que suceda en las próximas horas en Lausana.

El jefe de la diplomacia saudita, Saud al Faysal, por su parte, acusó a las grandes potencias de “provocar un cortocircuito en los intereses regionales al tentar a Irán con beneficios de los que no podrá disfrutar si no coopera con el resto de los países de la región”.

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