Fuerzas especiales del ejército mexicano capturaron ayer en la ciudad de Puebla a Benjamín Arellano Félix, uno de los diez delincuentes más buscados por las autoridades de México y Estados Unidos. El detenido, que se entregó sin hacer un solo disparo, es considerado el cabecilla del cártel de Tijuana, cuya zona de influencia está centrada en el noroeste mexicano y en la ciudad estadounidense de San Diego. En la misma operación militar también fue detenido Manuel Martínez González, alias La Mojarra, lugarteniente de Arellano Félix. El Ministerio de Defensa de México dijo que Benjamín Arellano Félix confirmó la muerte de su hermano, Francisco Rafael, ocurrida el 10 de febrero, en un enfrentamiento. Había dudas sobre la identidad del muerto, ya que llevaba documentación con nombre falso y el cuerpo fue incinerado por sus familiares. En la casa de Puebla donde fue detenido Benjamín se encontró un altar presidido por la foto de Francisco Rafael, lo que parece confirmar la versión sobre su muerte. El presidente de México, Vicente Fox, dijo que la detención de Arellano Félix es “sólo un paso” y afirmó que es “una demostración fehaciente de que esto va en serio”, aludiendo a la lucha contra el narcotráfico en su país. “Es una buena noticia y un golpe muy fuerte a la mafia mexicana”, fue la opinión de una fuente de la Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos (DEA).