EL MUNDO › TRAS LA MASIVA PROTESTA, EL GOBIERNO BRITáNICO CONFIRMó LOS RECORTES
El gobierno conservador de Cameron defiende el programa económico y los 12 mil millones de libras de recortes en gasto social.
› Por Marcelo Justo
Página/12 En Gran Bretaña
Desde Londres
Un día después de la más importante manifestación contra la austeridad en la última década, el gobierno británico salió a reafirmar el programa económico y los 12 mil millones de libras de recortes en gasto social. El ministro de Finanzas, George Osborne, y el ministro de Seguridad Social, Ian Duncan Smith, publicaron un artículo conjunto en el Sunday Times en el que recordaron que tienen un mandato electoral. “Este gobierno fue electo con un mandato para implementar nuevos cortes en los 220 mil millones de libras del presupuesto de Bienestar Social. Seguiremos por este camino. Daremos los detalles sobre la reducción del gasto social el próximo mes en el presupuesto”, señalaron en el artículo.
La manifestación del sábado en Londres y otras ciudades británicas tomó de sorpresa a medios y políticos por la masividad de la convocatoria reflejada en todas las ediciones dominicales. La mayoría de los medios coincidía en cifrarla entre 100 mil y los 250 mil que calculaban los organizadores. Muchos periódicos conservadores dieron por cierta esta última cifra.
Frente a estos números Osborne y Duncan Smith blandieron el mandato de las urnas del pasado 7 de mayo. Los tories ganaron un 36,9 por ciento de los votos con un programa que llevaba la austeridad como caballo de batalla, aunque una vez contabilizado el alto grado de abstención electoral (casi un 40 por ciento) queda claro que sólo el 24,3 por ciento de los británicos se inclinó por los recortes. Dado el peculiar sistema electoral británico, este reducido porcentaje les ha servido a los tories para obtener mayoría parlamentaria absoluta.
El gobierno planea recortes de unos 30 mil millones de libras en el gasto público, con reducciones en las partidas presupuestarias de todos los ministerios, con la excepción de Salud y Ayuda Internacional. La parte del león de estos recortes es el gasto social. Los conservadores excluyeron a los jubilados, que representan prácticamente la mitad del gasto total, con lo que tienen que encontrar las 12 mil millones de libras de un menú mucho más reducido de opciones. Durante la campaña se negaron a dar detalles, pero según el prestigioso Instituto de Estudios Fiscales, las fuentes posibles de ahorro son las 17 mil millones de libras que se gastan en ayuda a la vivienda y los 7 mil millones de ayuda a los bajos ingresos.
Los recortes extienden por cinco años más el programa de austeridad implementado por los conservadores entre 2010 y 2015. Según Osborne y Duncan Smith es un proyecto que tomará una década. “Llevó mucho tiempo este descontrol del gasto social y es un proyecto de una década o más devolver al sistema a la sanidad. Reformar el perjudicial sistema de la dependencia social y garantizar que el trabajo sea la mejor manera de ganarse la vida es nuestra misión central para el Reino Unido del futuro”, señalan.
Osborne ha manejado su programa económico con implacable oportunismo político: cada medida contiene trampas secretas para los laboristas. En el artículo en el Sunday Times el ministro señala que espera lograr un consenso con la oposición. “Incluso después del contundente rechazo de su posición en las elecciones el pasado mes, los laboristas siguen como antes. Aun así, apelamos a los candidatos al liderazgo para que tengan un diálogo constructivo con nosotros y apoyen los recortes que tenemos que hacer para que el sistema sea más justo y viable, protegiendo a los pensionistas y a los más vulnerables”, señala.
El candidato con más posibilidades de convertirse en el nuevo líder de la oposición, el ex ministro de Salud Andy Burnham criticó los argumentos conservadores. “Decir que tienen un mandato para hacer recortes de estas dimensiones es erróneo y cuestionable, ya que los conservadores no dijeron en ningún momento durante la campaña de dónde iban a salir estos recortes. Si el ministro cree que es aceptable recortar beneficios sociales a los discapacitados o si quiere recortar la ayuda estatal a los trabajadores de bajos ingresos, nos va a encontrar en la lucha”, dijo Burnham.
El sábado, sin embargo, Burnham no participó de la marcha. De los cuatro candidatos laboristas sólo lo hizo Jeremy Corbyn, claramente a la izquierda del resto. Osborne ha aprovechado estas divisiones internas y ha ganado la batalla del relato de la crisis de 2008 al atribuir los problemas económicos al despilfarro laborista y no a los desmadres de los banqueros. Un porcentaje de los británicos apoya este discurso. Otro sector, probablemente mayoritario, todavía tiene que articular su voz y darle a la masiva protesta del sábado una continuidad en el tiempo como para que no termine siendo el gesto de resistencia del que quiere salvar la propia honra más que ganar el combate.
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