Jue 02.07.2015

EL MUNDO  › EL EXPERTO COSTAS DOUZINAS ANALIZA LAS PRESIONES DE LA UNIóN EUROPEA

“Usan bancos en vez de tanques”

El académico griego Douzinas señala que toda la negociación con Atenas “ha sido un intento de cambio de gobierno”. Y que los europeos presionan al gobierno y al electorado griegos para distorsionar los principios básicos de la democracia.

› Por Marcelo Justo

Página/12 En Gran Bretaña

Desde Londres

Grecia está atrapada en una guerra de palabras que empieza por la convocatoria misma del referéndum. El texto es complejo, pero la pregunta es clara: sí o no (Ne o Oxi) al programa de austeridad propuesto por la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y la Unión Europea) el 25 de junio. Sin embargo, dirigentes europeos, con el presidente de la comisión Jean-Claude Juncker a la cabeza (memorablemente bautizado por Eduardo Febbro en estas páginas como “comandante supremo de los paraísos fiscales de Europa”), han dicho que no se trata de un referendo sobre la austeridad sino sobre la pertenencia o no al euro.

La mayoría de los medios europeos fogonean esta interpretación de una consulta pintada como un enfrentamiento entre un realismo responsable y un incompetente populismo. Con alguna que otra excepción, prácticamente nadie ha cuestionado las dudosísimas credenciales de alguien como Juncker, quien durante sus 15 años como primer ministro de Luxemburgo se encargó de vaciar el financiamiento de los estados europeos con los beneficios que su ducado-paraíso fiscal ofrece a la evasión de multinacionales y multimillonarios.

La estrategia político-mediática es ganar por la vía del miedo al caos y lo desconocido, figuras que empiezan a cobrar forma con el corralito bancario instaurado este lunes. Pero el destino de la pulseada va más allá de Grecia. La reacción intempestiva de la euroburocracia política al referéndum deja en claro que derrotar a Syriza es también neutralizar otras alternativas al austericidio de la troika como Podemos en España. Una victoria de la estrategia de Alexis Tsipras sería una bendición para la formación política de Pablo Iglesias de cara a las elecciones generales de este noviembre. Página/12 dialogó con el académico griego Costas Douzinas, especialista en derecho y director del Birkbeck Institute for the Humanities de la Universidad de Londres.

–¿Qué se supone que vota Grecia en el referendo este domingo? ¿Su aprobación del programa de rescate propuesto por la troika o su pertenencia al euro?

–Es una mentira absoluta lo que están tratando de diseminar políticos como Jean-Claude Juncker. El gobierno griego siempre ha estado comprometido con el euro y la Unión Europea. La única razón por la que convocó al referendo fue para llegar a una decisión democrática una vez que se agotaron las vías de negociación. El gobierno concedió mucho. Aceptó las exigencias fiscales de los acreedores con propuestas de aumentos impositivos y recortes del gasto de 7,9 mil millones de euros, pero buscó una distribución más equitativa en el que el 70 por ciento de este monto saliera de impuestos a las corporaciones y los ricos. Por primera vez las propuestas tuvieron el beneplácito inicial de los acreedores que dijeron que eran la base de un acuerdo. Pero pocas horas más tarde rechazaron la propuesta y, a cuatro días de que terminara el actual programa financiero, aumentaron a 11 mil millones de euros y exigieron que la mayoría saliera de los sectores más pobres. Esta propuesta fue presentada como un ultimátum, básicamente un intento de golpe de estado financiero. Toda la negociación ha sido así, un intento de cambio de gobierno usando bancos en vez de tanques.

–¿Qué pasa si los griegos se inclinan por el “no”?

–El gobierno griego, con el respaldo democrático de las urnas, volverá a la mesa de negociación para llegar a un nuevo acuerdo que sea económicamente viable y socialmente justo.

–Sin embargo, el mensaje europeo es que un “no” significa una salida del euro.

–Otra mentira. Todos saben perfectamente bien que no hay ningún mecanismo legal para expulsar a un miembro de la Eurozona. Lo que están haciendo es presionar al gobierno y al electorado griegos para distorsionar los principios básicos de la democracia. Es una política neocolonial, algo que me imagino no sorprenderá mucho a los lectores de Argentina.

–Sin embargo, en los medios se habla no sólo de la expulsión de Grecia del euro, sino también de la Unión Europea. ¿Es esto segundo legalmente posible?

–Extrañamente sí. La UE tiene provisiones para la salida de un miembro, algo que de hecho sucedió en los ’80 con Groenlandia. Pero cuando se creó la Eurozona, no se incluyó ninguna provisión al respecto.

–¿Sería ésta una vía entonces? Es decir, expulsar a Grecia de la Unión Europea para sacarla del euro.

–No es lo que está en juego. Ni las más absurdas manifestaciones de los líderes europeos han planteado esto. Hay que recordar que la palabra Europa es una palabra griega. Todos los principios que forman la Unión Europea están fundados en principios de la tradición griega. Pero además, aunque hay leyes estrictas respecto de la salida de un miembro, la realidad es que el derecho está condicionado por la política. De manera que mucho depende de la voluntad política y como digo, nadie está planteándose esto.

–¿Qué pasa si los griegos dicen “sí” a la austeridad este domingo?

–El referendo es consultativo no obligatorio, aunque el gobierno ha dicho que aceptará el veredicto del electorado. Una opción es que el gobierno continúe con las negociaciones, pero desde una posición de mucha debilidad. La alternativa es que renuncie. Las declaraciones del primer ministro parecerían indicar que ésta será la opción preferida. Esto llevará a nuevas elecciones porque este Parlamento no puede formar un nuevo gobierno ya que a Syriza le falta un solo diputado para tener mayoría propia. Ninguna otra fuerza política está en condiciones de formar gobierno.

–¿Qué pasa en este caso? Porque hay compromisos financieros que vencen este mes y no habría un gobierno para tomar decisiones. ¿Qué pasa con Grecia y, también, qué pasa con el euro?

–Europa ha fallado sus principios fundantes. Sea lo que sea que suceda, creo que se está planteando una pregunta existencial básica a la Unión Europea y los líderes tendrán que lidiar con esta pregunta. Hay muchos líderes que dicen que quieren cada vez más integración, pero al mismo tiempo la están socavando. La realidad es que la única interpretación que podemos hacer de la conducta de la troika es política, es decir, el temor al contagio. El objetivo es claro. Derrocar al gobierno si no acepta las condiciones que se le presentan o humillarlo de tal manera que sea inviable. Un éxito de Syriza y una reducción de la deuda, que el mismo FMI declaró inviable, podría generar un efecto contagio que ya se vio en las elecciones locales el España, en el voto antiausteridad de Escocia y en los índices de aprobación de Sinn Fein en Irlanda que muestran un movimiento contra este tipo de ajuste. Syriza está liderando el ataque contra la premisa neoliberal de que “no hay alternativa”. Incluso un éxito limitado sería una clara señal de que la única lucha que no se gana es aquella que no se inicia.

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