EL MUNDO › ALERTO ACERCA DE UN PLAN DESESTABILIZADOR EN ECUADOR Y ACUSO A DOS MILITARES
Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador, dijo que el supuesto plan de ataque contra el gobierno fue organizado por funcionarios de partidos de derecha.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció que sectores vinculados al ejército y la oposición de derecha tienen planes para tomar la sede del Poder Ejecutivo. El mandatario afirmó que estos grupos aprovecharían las marchas convocadas para ayer desde el centro y el sur de Quito, si bien la Secretaría de Inteligencia logró desbaratar el plan. Es por eso que Correa llamó a una contramanifestación “pacífica”, a la cual asistió la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira. En diálogo exclusivo con Página/12, la parlamentaria ecuatoriana profundizó respecto a las motivaciones políticas y económicas tras los intentos de “golpe blando” que sufre el gobierno del país andino.
A través de su cuenta de Twitter, Correa señaló a dos coroneles del ejército como cabezas de la conspiración. El primer apuntado fue Mario Pazmiño, un coronel retirado de las fuerzas armadas, ex jefe de Inteligencia, a quien vinculó como cercano a la Central de Inteligencia Norteamericana (CIA). En tanto, el otro personaje señalado fue el coronel César Carrión, quien revistaba como director del hospital policial donde el presidente estuvo secuestrado en 2010.
El mandatario hizo la denuncia tras ser informado de que labores de Inteligencia detectaron un plan para que ambas marchas confluyeran en la céntrica Plaza Grande de Quito, rompieran el cerco policial y tomaran por la fuerza el Palacio de Carondelet, la sede presidencial. Al respecto, Rivadeneira agregó que el plan de ataque contra el gobierno fue organizado por funcionarios de partidos de derecha. La líder del Parlamento ecuatoriano afirmó que tras la organización de los intentos de desestabilización se encuentra el legislador del partido conservador CREO, Andrés Páez, así como también los alcaldes de Quito y Guayaquil, los opositores Mauricio Rodas y Jaime Nebot, respectivamente.
Desde hace más de un mes, Ecuador vive una ola de protestas callejeras en Quito y varias ciudades del país en rechazo a las propuestas del gobierno de crear nuevos gravámenes a las herencias y a la plusvalía. Ante la persistencia de las manifestaciones y la llegada a Ecuador del papa Francisco, prevista para el domingo, decidió retirarlas temporalmente y convocar a un diálogo nacional, medidas que no fueron suficientes para lograr la tranquilidad en las calles del país.
Rivadeneira señaló que las leyes propuestas apuntan a lograr una nueva relación entre el Estado y la sociedad. Las medidas afectan a los intereses del dos por ciento de la población, de la cual forman parte los medios de comunicación monopólicos y la derecha nacional e internacional. La líder parlamentaria expresó que “las leyes fueron retiradas como muestra de buena voluntad y de que el debate que proponemos no se limita a la coyuntura de dos proyectos, sino que es algo más amplio”. Es por eso, señaló, que se propuso “trasladar la discusión parlamentaria a la sociedad misma, porque creemos que es necesario un gran diálogo y debate a nivel nacional”.
De acuerdo al informe elaborado por la Secretaría de Inteligencia ecuatoriana, también se planificaba la toma por la fuerza de los aeropuertos de Quito y Guayaquil, así como las salidas fronterizas de Rumichaca (con Colombia) y Huaquillas (colindante con Perú). El proyecto incluía el envío y publicación de dos cartas en los diarios de circulación nacional El Universo y La Hora. Otra de las acciones que iban a llevarse a cabo era ubicar urnas en lugares públicos de Quito y Guayaquil para que los manifestantes depositaran cartas en contra del gobierno. Estas misivas se enviarían a la Nunciatura apostólica para que se las hiciera llegar a Francisco.
Rivadeneira celebró la visita del Papa, a quien consideró por su encíclica Laudato Si, la cual se refiere a la protección del medio ambiente. “El cuidado de la naturaleza es parte de la revolución que plantea el proyecto de Correa, por lo que nos sentimos muy cercanos a Francisco y estamos muy felices de recibirlo”. Sin embargo, Rivadeneira criticó la utilización política que algunos funcionarios hicieron al respecto. “Después de retirar las leyes (que estaban siendo discutidas), el objetivo de la oposición se transformó en evitar que el Papa venga a Ecuador. De no conseguirlo, utilizarán la llegada de Francisco para generar violencia en las calles”, denunció.
En respuesta al intento de desestabilización, el presidente ecuatoriano llamó a una contramarcha pacífica. Simpatizantes del oficialista Movimiento País se volcaron masivamente a la Plaza Grande de Quito, en la cual fueron colocados parlantes en el balcón del palacio presidencial y se entonaron canciones patrias. “Nos acercarnos para brindarle nuestro apoyo a Correa”, dijo Rivadeneira. “Estamos a favor de un reajuste en las políticas públicas que nos permita garantizar la paridad de acceso a los servicios claves. Y eso sólo será a través de la revolución ciudadana”.
Informe: Gustavo Gerrtner.
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