Luego de conocerse que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) fue quien comandó los ataques en París, representantes de las potencias se reunieron en Viena para encontrar una salida a la guerra en Siria. El encuentro, encabezado por los cancilleres de Estados Unidos y Rusia, John Kerry y Sergei Lavrov, respectivamente, finalizó con la firma de un documento en el que la coalición se comprometió a sentar a la oposición y al gobierno en Damasco a negociar antes del 1º de enero y establecer un gobierno de transición en los próximos seis meses.

El representante estadounidense afirmó que el proceso de paz debe ser liderado por los propios sirios y debería conducir al establecimiento de un calendario para redactar una nueva Constitución. “Creemos en la necesidad de iniciar negociaciones formales entre representantes de la oposición siria y del régimen de al Assad bajo los auspicios de la ONU.” El siguiente paso, precisó, es que se celebren elecciones libres en un plazo de 18 meses, comicios que también tendrían que desarrollarse bajo supervisión de la ONU.

Pese al acuerdo, aún resta aclarar el asunto de qué hacer con el presidente sirio, Bashar al Assad. Este punto es la mayor diferencia que existe con Rusia y así lo hizo saber el representante de ese país, quien aseguró que “lo importante” no es estar a favor o en contra del presidente sirio, sino que éste es enemigo del EI. “Me preocupa escuchar a John (Kerry) decir que si Al Assad se va, todos los países de la región se unirán para vencer al EI”, indicó tras concluir la cumbre. “Los atentados en París y su reivindicación por el EI han demostrado que lo importante no es estar a favor o en contra de Al Assad, sino que es un enemigo para el EI”.

Moscú defiende que Damasco sea parte de una solución de paz, algo que rechaza la mayoría de los países occidentales, como también los países árabes del Golfo Pérsico. Al respecto, el canciller ruso recordó la situación en Irak y Libia tras la caída de sus líderes, Saddam Hussein, en 2003, y Muammar Khadafi, en 2011. “Hablando del papel que desempeña una personalidad, ya tuvimos los casos de Hussein y Khadafi. En ambas oportunidades, se dijo que tras quitar al dictador el país florecería”.