EL MUNDO › 23 PERSONAS FUERON DETENIDAS Y SE INCAUTARON MáS DE 30 ARMAS
La policía identificó a dos sospechosos más: Samy Amimour, nacido en 1987 en un barrio de los alrededores de París, y al hombre que llevaba consigo el pasaporte sirio encontrado en el Estadio de Francia, a nombre de Ahmad al-Mohamed.
› Por Eduardo Febbro
París sigue sumida en una taciturna emoción. Los días corren con el lento paso del duelo y el peligro persistente que las mismas autoridades admiten. El primer ministro, Manuel Valls, declaró en la radio RTL: “La verdad nos obliga a decir que el terrorismo puede golpear de nuevo en los días que vienen”. Lo que golpea hoy es la cotidiana revelación de las identidades de los muertos, siempre jóvenes, muchos extranjeros, de profesiones liberales, periodistas, fotógrafos, artistas, hombres y mujeres, a veces matrimonios, o padres e hijos que murieron juntos.
La caza de los verdugos del Estado Islámico condujo a la policía a identificar a dos sospechosos más y a conjeturar la existencia de un cuarto grupo de asaltantes. Se trata de Samy Amimour, un francés nacido en 1987 en un barrio de los alrededores de París, y el hombre que llevaba consigo el pasaporte sirio encontrado en el Estadio de Francia, a nombre de Ahmad al-Mohamed. Las huellas de este último sospechoso son idénticas a las de un individuo que ingresó a Europa por Grecia en octubre pasado a través de la misma ruta por la que habían huido cientos de miles de refugiados. No obstante, los servicios aún no pueden garantizar que el nombre y el pasaporte sean reales. En cuanto al primero, Samy Amimour, este joven de 28 años que se suicidó en el Bataclan estaba imputado (2012) en una causa terrorista cuando se descubrió que había tratado de viajar a Yemen. En ese país habían estado los terroristas que en enero de 2015 perpetraron el atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo y el supermercado judío de la Porte de Vincennes. Amimour logró desaparecer en 2013 de los radares de la policía. Las investigaciones corroboraron que el terrorista había viajado a Siria hace dos años.
Por pura casualidad, el vespertino Le Monde publicó en diciembre de 2014 el testimonio del padre de Samy Amimour, Mohamed. El padre del muchacho, consciente de la radicalización de su hijo y de lo que ello podría acarrear, viajó a Siria en 2013 para ir a buscarlo. Cuando llegó a la base del EI donde estaba el hijo, los jihadistas le dijeron “¡bravo, a pesar de tu edad (67 años) has venido a combatir!”. Cuando se encontró con él, el padre nada pudo hacer. Samy Amimour se había transformado. No se hacía llamar más “Abou Missa (el nombre de su gato), sino Abu Hajia (la guerra)”. Se han detenido hasta el momento un total de 23 personas e incautado más de 30 armas, entre ellas cuatro armas de guerra, incluido un lanzacohetes. Aún persisten varias zonas de sombra en torno de los atentados. Aunque se sospecha, se ignora por ejemplo si hubo o no un cuarto equipo que participó en la excursión asesina. Varias personas fueron arrestadas entre el domingo por la noche y ayer en Bélgica, pero se desconoce qué papel desempeñaron dentro de los comandos. Hay, sí, una certeza: uno de los cerebros del viernes 13 hoy en fuga, Salah Abdeslam, estaba en París en el momento de los hechos. Salah, de 26 años, fue quien alquiló el Polo Volkswagen negro que sirvió para cometer la matanza en el Bataclan. Pero como pudo escaparse gracias a cómplices locales, la sospecha de que existía un cuarto grupo de asaltantes se refuerza cada día.
Los servicios de inteligencia tienen una certeza: Salah Abdeslam es el cerebro operativo, y Abdelhamid Abaaoud, un belga de 27 años, el responsable del diseño de los ataques. El lazo entre Abdelhamid Abaaoud (residía también en el suburbio de bruselense de Molenbeek) y Salah Abdeslam ha sido establecido, como así también su relación con Ayoub El-Khazzani, el responsable del ataque en un tren que cubría el trayecto entre Amsterdam y París y que fue neutralizado por dos militares norteamericanos. Abdelhamid Abaaoud ocupa un alto cargo dentro del organigrama del Estado Islámico. Al parecer, la organización le habría confiado el entrenamiento de jihadistas destinados a cometer atentados en Europa. De espesa barba negra, Abdelhamid Abaaoud se hizo famoso a través de un video colgado en YouTube por el Estado Islámico donde se lo ve manejando un todo terreno que arrastra cuatro cuerpos descompuestos.
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