EL MUNDO › HUBO TREINTA Y SEIS MUERTOS ENTRE LOS TERRORISTAS Y LOS REHENES
El operativo duró siete horas, hasta que policías y tropas malienses, con apoyo de comandos franceses, tomaron por asalto el hotel Radisson de la capital. Es el segundo atentado en Bamako en lo que va del año.
La toma del hotel Radisson de Bamako, la capital de Mali, duró siete horas y terminó con un asalto frontal, 13 jihadistas y 23 rehenes muertos. La operación terrorista fue reivindicada por dos grupos locales que dijeron que actuaron conjuntamente, Al Qaida del Magreb islámico y Al Murabitun. La “firma” del ataque al hotel de la cadena norteamericana fue a través de un video que enviaron a la emisora Al Jazeera, aunque al cierre de esta edición todavía no pudieron confirmar la veracidad de la grabación. Las autoridades evitaron relacionar lo ocurrido con los ataques terroristas de la semana pasada en París, pregunta inmediata porque Mali es el centro de operaciones francesas contra el jihadismo en Africa Occidental y teatro de guerra contra los rebeldes islamistas que controlan buena parte del norte del país.
El asalto comenzó a primera hora de la mañana, cuando al menos dos individuos, que accedieron hasta la zona de seguridad del establecimiento en un vehículo con chapas diplomáticas que habían robado minutos antes, abrieron fuego contra los vigilantes que se encontraban junto a la puerta, acción en la que mataron a tres de los guardias de seguridad. Otros atacantes, entonces, entraron a pie al perímetro de seguridad del hotel, subieron al séptimo piso y se atrincheraron con los huéspedes y empleados que iban encontrando, unos 170. Otras 87 personas fueron puestas en libertad o lograron escaparse de los terroristas. La policía señaló que algunos rehenes fueron liberados al probar que eran musulmanes recitando en árabe la profesión de fe musulmana o versos del Corán, mientras varios empleados del hotel lograron escapar por las salidas de emergencia. Algunos pasajeros se quedaron encerrados en sus cuartos al escuchar los tiros y no fueron detectados por los jihadistas.
El hotel Radisson es uno de los favoritos del cuerpo diplomático y de los empleados de empresas extranjeras, por lo que siempre tuvo seguridad armada. El lugar fue rápidamente rodeado por fuerzas policiales y militares locales, tropas de la misión de paz de la ONU, Minusma, y soldados franceses del contingente permanente de combate a los rebeldes islamistas en Mail. Durante varias horas se escucharon disparos de fusiles desde adentro del hotel. Las fuerzas malienses empezaron a la tarde el asalto al edificio con apoyo de fuerzas especiales francesas.
Uno de los rehenes rescatados, el cantante popular Sékouba “Bambino”, dijo que se escondió bajo la cama de su habitación y escuchó a dos asaltantes conversar en inglés mientras revisaban la habitación adyacente. “Me quedé escondido bajo la cama, sin hacer nada de ruido”, recordó.
Durante el asalto, la embajada estadounidense y otras representaciones occidentales recomendaron a sus ciudadanos en Bamako no salir a la calle. El hotel Radisson es muy utilizado por el personal de aerolíneas, turistas y diplomáticos, pero además es el lugar donde se están alojando estos días los cabecillas de varios grupos armados que operan en el norte del país y que están discutiendo en Bamako el acuerdo de paz firmado el pasado mes de junio. Las personas liberadas, en tanto, fueron concentradas en un pabellón deportivo situado en el mismo barrio, ACI 2000, ubicado a unos 500 metros del establecimiento hotelero.
AQMI y Al Murabitun, vinculados con Al Qaida, se atribuyeron el asalto y la toma de rehenes. Los grupos exigían la puesta en libertad de sus compañeros de lucha presos en las cárceles de Bamako a cambio de la liberación de los rehenes.
El ministro del Interior de Mali, Salif Traoré, afirmó que todos los rehenes habían sido evacuados con éxito, pero que al caer la noche los terroristas todavía se encontraban atrincherados en el hotel, por lo que lanzaron un asalto final sobre el complejo hotelero. Traoré agregó que entre los rehenes había 45 malienses, 15 estadounidenses y ciudadanos de otras nacionalidades como Costa de Marfil, Turquía, Argelia, Rusia, España, Canadá, Alemania, Togo y China.
El secretario general de ONU, Ban Ki-moon, condenó el asalto al hotel en Bamako. “Extiendo mi apoyo total a las autoridades malienses en su lucha contra grupos terroristas y extremistas”, señaló a través de un comunicado. Por su parte, el presidente francés, François Hollande, le envió sus condolencias a su homólogo de Mali, Ibrahim Keita. “Debemos una vez más ser firmes y mostrar nuestra solidaridad con un país amigo”, señaló. Francia tiene cerca de mil soldados en Mali, que fue colonia gala, desplegados como parte de la Operación Barkhane, que combate a jihadistas en cinco países africanos en la región de Sahel.
La ciudad de Bamako sólo había sufrido un atentado terrorista en los últimos años, el que tuvo lugar hace ocho meses en el bar La Terrasse, en pleno centro, en el que fallecieron cinco personas. Sin embargo, las fuerzas de seguridad aseguran haber desactivado varios intentos de atentados en los últimos meses, por lo que se encontraban en situación de alerta. En concreto, el grupo terrorista que se había mostrado más activo en los últimos meses es el Frente de Liberación de Macina, una secta jihadista dirigida por un predicador radical de la zona de Mopti, que llevó a cabo el ataque con toma de regenes en un hotel de Sevaré, en el centro del país, el pasado mes de agosto, y que protagonizó ataques en los puntos próximos a la frontera entre Mali y Burkina Faso en los últimos meses.
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