Desde Roma

Una lluvia intermitente todo el día no impidió que cientos de musulmanes y no musulmanes se dieran cita ayer en Roma para dar su testimonio contra el terrorismo después de los atentados de París. Había hombres y mujeres, muchos jóvenes de distintos países y numerosos imanes de las mezquitas repartidas en las regiones del centro de Italia. También los musulmanes de otras ciudades de la península como Génova y Milán organizaron manifestaciones similares bajo el lema “Not in my name” (No en mi nombre), en alusión a los atentados cometidos por el Estado Islámico de los cuales quieren diferenciarse y distanciarse.

“Solidaridad con las víctimas de París y de todo el mundo”, decían algunos carteles. “Matar gente en París, en Afganistán, en Irak, en Gaza, en Jerusalén, en Bangladesh son el mismo acto bárbaro”, decían otros, en tácita alusión a los actos terroristas que se cometen en países menos poderosos y que por eso no adquieren la misma visibilidad que los que ocurren en el mundo desarrollado. Mientras algunos grupos avanzaban hacia el palco central, donde varios oradores defendieron al Islam y atacaron el terrorismo, y donde habló entre otros el director de cine Paolo Virzi, una voz femenina decía a gritos “¡no al terrorismo, no al terrorismo!”, “¡no al Estado Islámico!”. Vestida como una occidental pero con su pelo cubierto con un pañuelo como todas las mujeres musulmanas, Manel, joven originaria de Túnez, estudiante del último año de Biología en la Universidad Tor Vergata de Roma, contó a Página/12 que llegó a Italia en 2003 y se siente italiana. “Yo estoy en contra de toda forma de violencia. Ninguna mente racional puede aceptar un acto de violencia. Nosotros, los musulmanes, estamos contra el Estado Islámico que es igual a terrorismo. Ellos piensan en cambio que nosotros estamos con ustedes (los occidentales). Y ustedes piensan que nosotros estamos con ellos. Somos la pelota que está en el centro. Pero nosotros somos italianos y estamos contra el terrorismo. No al terrorismo, no al Estado Islámico. De aquí yo no me voy”, dijo muy enérgicamente, para que su voz fuera escuchada a la distancia, mientras sus compañeros de grupo, todos jóvenes, seguían lanzando slogans contra el terrorismo.

La plaza de los Santos Apóstoles, en pleno centro de Roma, se fue llenando poco a poco pese a la lluvia. la gente se agrupaba por nacionalidades: de Bangladesh, de la India, de Marruecos, de Túnez, de Libia, de Nigeria. “El atentado no ha golpeado sólo a los franceses sino a todos nosotros, italianos, marroquíes, sirios...”, dijo a este diario en la manifestación El Hachmi Mimoum, el imán marroquí de la mezquita de Terni –una localidad del centro de la península– que vive en Italia desde hace 16 años. “El hombre es hermano del hombre –continuó–. El hombre debe ser sagrado. Nadie tiene derecho de matarlo. La muerte es un arma de Dios y la vida también. No debemos ser ignorantes. Los cristianos son nuestros hermanos”. A los terroristas “no podemos llamarlos simplemente jihadistas –agregó–. Son malditos porque son asesinos. Y son ignorantes. Jamás han dicho una plegaria, no saben ni siquiera de qué color es el Corán, no conocen la puerta de su mezquita. Son ignorantes. Nosotros tenemos que estar juntos contra este terror, debemos estar unidos”. Contó asimismo que ellos colaboran con los sistemas de seguridad italianos y cuando ven personajes sospechosos, los denuncian a la policía. “La relación entre los centros culturales y religiosos musulmanes de Italia con los servicios de seguridad, es muy estrecha. No estamos durmiendo. No dejaremos que nadie se infiltre”, enfatizó. La plegaria del viernes pasado en todas las mezquitas italianas estuvo dedicada al terrorismo. “No sólo a lo que significa el terrorismo hoy sino que, hablando en árabe y en italiano, les leí todos los versículos del Corán que condenan actos como esos”, concluyó el imán.

Alí, venido de Bangladesh hace un año y vestido con la típica túnica blanca que en algunos países se usa para ir a la mezquita, dijo por su parte: “Los musulmanes queremos la paz. Por eso he venido a esta manifestación”.

Desde los atentados en París, varios hechos discriminatorios hacia los musulmanes se verificaron en algunas comunidades del norte de Italia, a veces entre los niños en las escuelas. “Nosotros, musulmanes italianos, queremos hacer nuestra parte contra el terrorismo –dijo desde el palco Abdallah Massimo Cozzolino, secretario de la Confederación Islámica Italiana que reúne 300 mezquitas de todo el país–. Pero una parte de la población italiana debe dejar de echarle leña al fuego describiéndonos como si todos los musulmanes fuéramos responsables del terrorismo”. Foad Aodi, presidente de la comunidad del mundo árabe en Italia dijo por su lado: “Decimos no al terrorismo, porque el Estado Islámico son asesinos de las religiones. Pero alguien debería contestar algunas preguntas sobre este tema: ¿Cómo nació el Estado Islámico? ¿Quién lo financia, quién está detrás de él y hasta dónde llegará? Nosotros musulmanes deberíamos ser los primeros en hacernos estas preguntas”, subrayó.

Si bien no estuvieron presentes en la manifestación, tanto el presidente de la república Sergio Mattarela como el presidente del Senado y la presidenta de la Cámara de Diputados enviaron sus mensajes de solidaridad. “No podemos aceptar que las religiones sean instrumentalizadas y doblegadas por estrategias deshumanas que producen odio y tratan de romper las redes del vivir juntos y del diálogo”, escribió el presidente Mattarella. Y agregó: “En este momento, el diálogo entre las religiones a partir del Mediterráneo es esencial para vivir en paz y construir el futuro”.