EL MUNDO › BELGICA REACCIONA A LA SERIA AMENAZA DE ATAQUE TERRORISTA
El gobierno movilizó a gran parte de las fuerzas armadas del país, lo cual se vio en los principales puntos turísticos, locales y estaciones de trenes que amanecieron blindados. Cerraron líneas de subte y comercios.
La amenaza de un atentado terrorista inminente paralizó ayer la vida en Bruselas, que se encuentra en alerta máxima una semana después de los atentados en París. El aumento al nivel superior del alerta terrorista en la capital belga, ciudad que funciona como principal sede administrativa de la Unión Europea (UE), responde a informaciones que advierten del riesgo de atentados con armas de fuego y explosivos en distintos puntos de la región.
Luego de una reunión del Consejo Nacional de Seguridad, el primer ministro Charles Michel precisó que las medidas se dan en cuatro ámbitos: reducción del número de eventos que aglutinen muchas personas, desmovilización del transporte público, refuerzo en el despliegue de las fuerzas de seguridad y la apertura de una línea telefónica para contactar con un centro de crisis. Las líneas de subte, los shoppings y museos cerraron, a la vez que fueron cancelados conciertos y otros eventos similares que aglutinen muchas personas. Debido a las informaciones sobre “una amenaza seria e inminente”, la noche del viernes se decretó para Bruselas el nivel cuatro, el alerta máximo. Para el resto del país, en tanto, el nivel de alerta alcanzó el grado tres.
La actividad en la capital centroeuropea se fue reduciendo considerablemente a lo largo de la jornada. En el centro, muchos comercios cerraron y las principales calles comerciales se fueron vaciando.
Además, algunos bares, cines, y lugares turísticos como el Atomium, símbolo de la exposición universal de 1958, o el centro para visitantes del Parlamento Europeo, el Parlamentarium, también decidieron no abrir sus puertas. La única excepción fueron algunos partidos de fútbol de la primera y segunda división, que pese a las advertencias del Centro de Crisis, se jugarán este fin de semana. No obstante, los encuentros de fútbol no profesionales y los encuentros de los campeonatos regionales y provinciales de básquetbol y de hockey, fueron suspendidos.
En su anuncio tras la reunión con representantes del gobierno y de las fuerzas de seguridad del país, Michel precisó que va a movilizar a gran parte de las fuerzas armadas de su país, lo cual se vio en los principales puntos turísticos, comercios y estaciones de trenes que amanecieron blindados, con un gran número de uniformados fuertemente armados. Los efectivos militares instalaron sus grandes camiones de combate frente a la Bolsa de Comercio, centros comerciales y la Gran Plaza de Bruselas, a la que sólo se puede acceder tras pasar un exhaustivo control que incluye chequeos de bolsos y detectores de metales.
Bélgica quedó en el medio de las preocupaciones europeas luego de que las autoridades francesas dijeran que en ese país limítrofe en parte se planearon los ataques del viernes 13 de noviembre en París, que dejaron 130 muertos y 368 heridos. El fiscal general de Francia, François Molins, expresó que se comprobó que en Bélgica se alquilaron dos de los tres autos usados por los tres comandos que cometieron los atentados en la capital francesa, reivindicados por el grupo Estado Islámico (EI).
El diario belga Derniere Heure informó ayer que las fuerzas de seguridad descubrieron un importante arsenal de productos químicos y explosivos durante un operativo realizado a última hora del viernes en el municipio bruselense de Molenbeek. En esa localidad suburbana, considerada como muchos como una de las principales bases del islamismo radical en Europa, vivieron el cerebro de los atentados en París, Abdelhamid Abaaoud, muerto días atrás en Francia, y dos de los autores de los ataques. Uno de ellos, Salah Abdeslam, es el único partícipe de los ataques que continúa prófugo con pedido de captura europeo e internacional.
El premier belga recomendó a la población que respete el conjunto de las consignas de seguridad y se mantenga informada utilizando las vías de comunicación oficiales. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, afirmó que existen suficientes elementos para considerar que el país se encuentra bajo amenaza. Sin embargo, matizó al llamar a la población a no caer en el pánico y mantener la prudencia y vigilancia. Más temprano, el Centro de Crisis aconsejó también a las autoridades administrativas de los 19 distritos comunales de la región de Bruselas la anulación de los grandes acontecimientos previstos en sus territorios.
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