EL MUNDO › JAVIER DE LUCAS, ESPECIALISTA ESPAñOL EN MIGRACIONES Y DD.HH.
Según el catedrático de la Universidad de Valencia, los grandes medios “venden el mensaje de la agresión y de la guerra, la creación de un enemigo en común a través de la estigmatización de los inmigrantes y refugiados”.
Cuando parecía que las políticas de ajuste de los gobiernos conservadores y el auge de los movimientos xenófobos eran el peor escenario europeo posible para los refugiados, los atentados de principios de mes en París terminaron de embarrar la cancha.
“Los refugiados ahora se encuentran en una doble situación de limbo”, advierte el especialista español en migraciones y derechos humanos de la Universidad de Valencia, Javier de Lucas durante su visita al país para participar en una conferencia organizada por la Universidad de Lanús, el CELS y la Acnur.
El catedrático señaló que los refugiados que lograron llegar a Alemania no sufrirán represalias por el atentado. “Mi hipótesis es que los que están en Alemania no van a ser echados, porque el cálculo de (la canciller alemana, Angela) Merkel no implica sólo cumplir con el derecho internacional, sino aprovechar un contingente de refugiados que laboralmente le interesa.” Al respecto, De Lucas recordó que los refugiados en Alemania no son afganos ni eritreos, ya que Merkel apostó a abrirles la puerta a los refugiados sirios, que en su mayoría tienen buena formación, muchos son médicos o se desempeñan en profesiones liberales, e incluso traen consigo reservas económicas. “Ese es el cupo perfecto para cumplir con la cuota de 500.000 trabajadores por año que prevé la patronal alemana para los próximos cuatro años”, especificó.
Sin embargo, para los que quedaron varados a mitad de camino, en países como Italia y Grecia, la consecuencia del atentado es un endurecimiento de sus políticas migratorias. “Italia y Grecia cerraron sus fronteras con motivo de la crisis terrorista, con medidas de dudosa legalidad”, opinó.
De este grupo de cientos de miles de refugiados, una pequeña parte (unos 40.000) puedan pasar a los diferentes países que aún mantienen cuotas de asentamiento. “Hasta el momento, la transferencia de cuotas de asentamiento está siendo ridícula: 30 reasignados en Luxemburgo y 12 en España”, se quejó De Lucas.
No obstante, señaló De Lucas, pese a los cierres de frontera, la Unión Europea no puede evitar que los refugiados busquen llegar a Alemania, incluso a expensas de hacerlo en forma ilegal. “La política migratoria ahora se traduce en pactar con un tercer estado de tránsito, que ahora cumple la función de tapón a cambio de una suma de dinero. Se arregló con el gobierno de (el presidente de Turquía, Recep Tayyip) Erdogan para que blinde la frontera turca y se quede allí con todos los refugiados que quieren pasar y todos los que Europa quiere devolver”, dijo. Y esto no es casual: absorber a los refugiados es parte del precio que pagan las aspiraciones turcas de ingresar al bloque continental. “Los refugiados no pueden ser devueltos. Pero claro, esto requiere que haya un expediente individualizado para cada uno, y como los países no están dispuestos a hacerlo, estos migrantes terminan regresando a Turquía.”
De Lucas dijo que tras los ataques en París y en el suburbio de Saint Denis, el trabajo de los grandes medios de comunicación europeos no dejan bien parados a los refugiados. “Hay una parte muy importante que está convencida que dentro de los refugiados hay, ineludiblemente, un caballo de Troya.” Por ejemplo, la prensa informó que el pasaporte encontrado junto al cadáver del jihadista que abrió fuego en el teatro Bataclan indicaba que habría llegado a Francia junto a un contingente de refugiados que ingresó al continente desde Grecia. Con los días, esta versión fue desmentida y se pudo comprobar que el documento era falso. “Los grandes medios, sobre todo la prensa escrita y la televisión, están en manos de bancos y transnacionales que dictan en función de sus intereses. Por eso, con rarísimas excepciones, venden el mensaje de la agresión y de la guerra, la creación de un enemigo en común a través de la estigmatización de los inmigrantes y refugiados”, dijo. “Solo algunos medios de comunicación digitales, que tienen repercusión en las redes sociales, son capaces de tener una línea crítica independiente sobre el mensaje dominante”, opinó.
El académico señaló que ante los golpes terroristas en París, la respuesta mayoritaria por parte de la sociedad civil fue más bien preventiva respecto a la islamofobia. “Esto implica que en el imaginario se instala la idea de que aquellos que cometieron los atentados son sin duda terroristas, pero también que dentro de las víctimas de esos ataques una buena parte son refugiados que llegan al país”, dijo. De esta forma, opinó de Lucas, una gran parte de la sociedad francesa terminó expresando su solidaridad con los refugiados. Sin embargo, aclaró que esta situación no se da de forma indefinida. “Desgraciadamente, creo que estamos a la puerta de una inversión de ese ‘mainstream’ en la opinión pública europea. Poco a poco va ganando peso ese argumento que sostiene que el terrorismo viene de la mano de los refugiados.”
Informe: Gustavo Gerrtner.
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