Dom 06.12.2015

EL MUNDO  › BAJO LA SOMBRA DE LOS ATENTADOS TERRORISTAS, HOY SE VOTA EN LAS REGIONES

Francia redefine su panorama político

De confirmarse las previsiones de las encuestas, la victoria quedaría en manos del ultraderechista Frente Nacional (FN). La cadena de ataques perpetrados el mes pasado en París por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) monopolizó el debate.

Francia, aún conmocionada por los atentados del pasado 13 de noviembre en París, redefine hoy su mapa territorial en la primera vuelta de las elecciones regionales. De confirmarse las previsiones de las encuestas, la victoria quedaría en manos del ultraderechista Frente Nacional (FN).

Los 44,6 millones de franceses inscriptos en las listas electorales están llamados a elegir los nuevos consejos regionales en el territorio metropolitano y ultramar, y a ofrecer con su voto una fotografía de la actual relación de fuerzas entre la derecha, la izquierda y la extrema derecha. La cadena de ataques perpetrados el mes pasado en la capital gala por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), monopolizó el debate político reciente. Las discusiones sobre seguridad, libertad y política exterior, entre otras cuestiones, se prolongaron durante las últimas semanas y taparon otros debates de índole más local. El partido de Marine Le Pen es confortado en su discurso nacionalista y antiinmigrantes a raíz de la información de que dos de los jihadistas de los atentados llegaron a Francia desde Grecia, donde entraron los inmigrantes.

Este último test político antes de las presidenciales de 2017 apunta que el partido liderado por la ultraderechista Marine Le Pen podría hacerse con entre seis y siete regiones en la primera ronda, y estar en condiciones de quedarse con cuatro en la segunda, el 13 de diciembre.

Tanto en Nord Pas de Calais Picardie, circunscripción de Marine Le Pen, como en Provenza Alpes Costa Azul, donde es candidata su sobrina, la diputada Marion Maréchal-Le Pen, el FN podría alzarse con el 40 por ciento de los votos. Ese partido, según recordó ayer el periódico francés Le Figaro, anota una progresión constante desde 2007, con el 4,9 por ciento en las cantonales de 2008, el 6,3 por ciento en las europeas de 2009, el 11,4 por ciento en las regionales de 2010, el 15,1 por ciento en las cantonales de 2011, el 17,9 por ciento en las presidenciales de 2012, el 24,9 por ciento en las europeas de 2014 y el 25,2 por ciento en las departamentales de marzo pasado.

En 2010, el Partido Socialista y sus aliados encabezaron el escrutinio, pero en esta ocasión, según los sondeos, parecen verse relegados al tercer puesto, tras el impulso ultraderechista y la coalición de Los Republicanos de Nicolas Sarkozy y los centristas de la UDI y el MoDem, cuyo porcentaje oscilaría hoy entre el 27 y el 29 por ciento.

En un contexto inusual, marcado por los ataques jihadistas, que provocaron 130 muertos y más de tres centenares de heridos, los expertos avanzan que solo una fuerte participación podría revertir la fuerza ultraderechista.

La abstención, no obstante, se presenta según los medios como “el primer partido de Francia”, y no movilizará a más de la mitad del electorado.

Quedarán elegidos en la primera vuelta aquellos candidatos que hayan acaparado la mayoría de sufragios y, en caso contrario, pasarán a la segunda quienes hayan logrado al menos el 10 por ciento.

El primer ministro, Manuel Valls, afirmó que esta nueva cita electoral debe ser “la respuesta de la democracia a la barbarie”, pero no parece que el incremento de la popularidad del presidente, François Hollande, que ganó entre 10 y 20 puntos en un mes, vaya a traducirse en las urnas.

Valls exhortó esta semana a la movilización contra el partido de Le Pen y afirmó que es un “peligro económico” si los franceses depositan en ella su voto. “Cada uno tendrá que asumir sus responsabilidades, en la izquierda y en la derecha, para impedir que el FN gane una región”, dijo.

Para los socialistas, supondría su quinta derrota tras su llegada al poder en 2012, año a partir del cual perdieron en las municipales, las europeas, las parciales al Senado y las departamentales.

Para Sarkozy, que asumió el mando de su formación hace un año, será la oportunidad de demostrar que este ha pasó página de los errores del pasado, mientras que Le Pen llega con la aspiración de imponer a su partido como el primero de Francia y de reflejar que es capaz de gestionar ejecutivos de peso.

Con 13 nuevas grandes regiones, que tras la reforma electoral iniciada por Hollande entrarán en vigor el próximo enero, este nuevo mapa administrativo, frente a las 22 con las que contaba el anterior, podría colocar hoy al FN a las puertas del poder regional. La derecha destacó que mantendrá sus listas pase lo que pase en esta primera ronda, pero los socialistas podrían verse obligados a una retirada en algunas o a una fusión con la derecha, lo que desencadenaría una “guerra local” con los contrarios a tales opciones.

La situación es de tal complejidad que el propio secretario de Estado de Relaciones con el Parlamento, Jean-Marie Le Guen, admitió que no pueden anticipar el resultado, en el que, según los analistas, va a ser difícil también medir “el impacto” del miedo en el mismo.

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