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› BRASIL ADELANTO NEGOCIACIONES SOBRE COMERCIO MERCOSUR-EGIPTO
Una jugada que mira receloso W.
Lula da Silva llega hoy a Siria en el marco de una gira por cinco países árabes. El mandatario brasileño dijo que su viaje es una “jugada osada”, que lo relaciona con países que son “semejantes”.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Será la foto de los próximos días. El abrazo entre el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y su colega Muhammar Khadafi, en Libia, quedará como un icono del neotercermundismo impulsado por Brasilia. La visita a la “Gran Jamahiria Arabe Libia Popular Socialista” (denominación oficial) representa una irreverencia hacia Estados Unidos, que acusa a Khadafi de financiar terroristas. Más aún: Lula llega hoy a Siria, donde se encontrará con el presidente Bashar Al-Assad lo que dará lugar a otra foto antipática para Washington. En Egipto, el brasileño se reunirá con el premier palestino Ahmed Qureia.
Lula admitió que su 17º viaje internacional es una jugada osada y agregó que prefiere relacionarse con países “semejantes” a fin de fortalecer posiciones comunes. Siguiendo ese plan, Lula viajará a la India en enero y China en abril. Entre las propuestas llevadas a Siria, Emiratos Arabes, Egipto, Líbano y Libia está una cumbre de líderes árabes y sudamericanos en mayo en Brasil. El canciller Celso Amorín adelantó que, junto a Eduardo Duhalde, se iniciarán negociaciones para un tratado de libre comercio Egipto-Mercosur.
Jugada futbolística
El fútbol es un producto brasileño de exportación y Lula lo usará para seducir al mundo árabe en los próximos 9 días. Para los libios el fútbol también importa. Con pretextos deportivos, Khadafi burló en parte el cerco diplomático y económico que padeció durante casi 20 años. El viaje de Lula probablemente fue concertado en marzo, cuando el hijo de Khadafi estuvo en Brasil en una jugada aparentemente futbolística: al tiempo que disputó algunos partidos amistosos, Saadi Khadafi mantenía encuentros claves en San Pablo. Saadi, primero en la línea sucesoria libia, viene cultivando una virtual diplomacia futbolística y comercial, habiendo comprado acciones en el club Juventus de Italia, país donde pretendió jugar profesionalmente.
Diplomacia petrolera
Si el fútbol será un facilitador el petróleo es uno de los motivos “duros” del periplo de Lula. Es que Petrobras tiene en la mira extender sus inversiones en la región como parte de un plan que no se limita a lo económico. En la mira de la gigante estatal, que ya tuvo presencia en Irak hace 20 años, están Libia, Irán y Arabia Saudita. La producción libia es de 1,36 millón de barriles diarios, lejos de Arabia Saudita, pero atractiva considerando el potencial exportador del país. Libia tiene una pequeña demanda interna, su población es equivalente a la de Paraguay (6 millones) y su superficie es igual a México (1,8 millón de km2).
La diplomacia petrolera es prioridad para Brasil: con ese propósito este año Lula se reunió reservadamente con el príncipe saudita Bandar Bin Laziz y el año próximo viajará a Nigeria, potencia petrolera del Africa.
En los Emiratos Arabes, la cancillería brasileña espera captar para obras de infraestructura los petrodólares que dejaron Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El factor terrorista
Arabia Saudita fue excluida de la gira presidencial a último momento luego de que el gobierno de Riad alertara sobre los riesgos de un magnicidio.
En el caso libio, el “factor terrorista” se atenuó. Es que Trípoli aceptó pagar más de 2000 millones de dólares a los familiares de las 270 víctimas del atentado contra el vuelo 103 de Panam en 1988 en Lockerbille, Escocia. Aunque Washington y Londres mantienen su recelo, es cierto que Khadafi no es el ogro de 7 cabezas que ya fue. El giro se explica en que en Libia desde 1969 impera un régimen secular, contrario alfundamentalismo de Osama bin Laden, a quien Khadafi, declarado “amigo” de Lula, ordenó capturar en 1998.