EL MUNDO › LA COALICION INTERNACIONAL NO RECUPERA TERRENO EN SIRIA E IRAK
Las ofensivas del ejército sirio contra el EI y la oposición armada siria, respaldadas por la fuerza aérea rusa, han fracasado hasta ahora al no obtener grandes éxitos que inclinarían el probable resultado de la guerra a favor de Assad.
› Por Patrick Cockburn *
El Estado Islámico (EI) voló esta semana uno de los últimos puentes que quedaban atravesando el Eufrates en Ramadi, mientras 300 de sus combatientes trataban de mantenerse en el centro de la ciudad, que fue objeto de ataques de las fuerzas gubernamentales iraquíes apoyados por ataques aéreos estadounidenses. Aquí el EI está en retirada, pero en Siria ha recuperado la aldea de Mahein, al sur-este de Homs, del ejército sirio, que se había apoderado de ella un par de días antes y se había previsto utilizar el pueblo para lanzar un ataque para retomar la ciudad de Palmira.
La reconquista de una ciudad mundialmente conocida como Palmira, donde el EI ejecutó públicamente soldados sirios y voló los templos antiguos, habría sido una victoria importante para el presidente Bashar al Assad. No hacerlo es otra señal de que varias ofensivas del ejército sirio contra el EI y la oposición armada siria, respaldadas por la fuerza aérea rusa, han fracasado hasta ahora al no obtener grandes éxitos que inclinarían el probable resultado de la guerra a favor de Assad.
Es un vasto campo de batalla se extiende 500 millas a través de Irak y Siria de las afueras de Bagdad a las montañas con vistas al Mediterráneo. Cada día hay escaramuzas, bombardeos y combates, de los cuales algunos están bien publicitados, pero otros se libran en el semidesierto del este de Siria y apenas tiene una mención en la prensa local o internacional.
Probablemente, uno de los reveses militares más importantes del EI en las últimas semanas fue la pérdida de Al Houl, una ciudad capturada por las Unidades de Protección Popular de kurdos sirios (YPG) el 13 de noviembre. Este ataque amenaza la carretera que une la capital siria del EI en Raqqa con Mosul y los campos petrolíferos del EI, en el este de Siria.
El mismo día, las fuerzas kurdas en el norte de Irak recapturaron la pequeña ciudad de Sinjar que había sido tomada por el EI el año anterior cuando se mató o esclavizó a los habitantes Yazidi. A diferencia de Al Houl, este éxito fue transmitido en todo el mundo y se especuló sobre si el Estado Islámico autodeclarado empezaba a desmoronarse. Pero pronto quedó claro que el EI había decidido no luchar hasta el final en Sinjar y se había retirado después de dos días de combates contra los enemigos muy superiores.
Los esperanzados comentaristas occidentales predijeron que la pérdida de Sinjar cortaría las líneas de suministro del EI entre Raqqa y Mosul, y así sucedió durante una semana o más. El precio de las verduras se duplicó en los mercados de Mosul, pero pronto cayó cuando el EI apresuradamente abrió una nueva ruta al sur de Sinjar y los camiones que transportan verduras comenzaron a andar nuevamente.
La guerra en Irak y Siria en los últimos cuatro años está llena de hitos militares que fueron reclamados como decisivos en su momento por un lado o el otro. La mayoría resultó no ser tal cosa. En el verano de 2014, se preveía que el ejército sirio estaría cerca de sellar las partes controladas por los rebeldes de Alepo, pero no lo hizo. En mayo de este año la oposición armada siria, incluyendo el EI, Jabhat al Nusra y Ahrar al Sham, ganó algunas victorias importantes en la provincia de Idlib, en el norte y Palmira, en el este. Esto provocó la intervención aérea rusa y una mayor participación por parte de Irán y Hezbolá en el Líbano, que en conjunto tuvo el efecto de estabilizar al gobierno de Assad. Pero las líneas de batalla no se han movido mucho y el mayor impacto de la acción de Rusia es dejar en claro que Assad no va a perder la guerra, si alguna vez se pensó eso. Rusia no puede permitirse el lujo de ver a un aliado, por quien hizo tanto, ser derrotado sin un grave daño a su prestigio internacional.
Esto no quiere decir que Assad va a ganar. Sin duda el apoyo de Rusia de aviones de ala fija, helicópteros y misiles ayudó a la moral y la capacidad militar del ejército sirio. Pero no transformó el campo de batalla, porque Al Nusra y los demás siempre iban a luchar duro y el ejército sirio está escaso de tropas de combate. Si el avance de la oposición fue detenido o en algunos lugares revertido, el ejército sirio aún tiene que recuperar la ciudad de Idlib, Jisr al Shughur o Palmira. Es un largo camino de ganar una victoria decisiva, tales como la toma de la mitad oriental en poder de la oposición de Alepo.
Lo mismo ocurre, en Irak, incluso si el ejército iraquí y las milicias chiítas tienen éxito en la recuperación de Ramadi. El EI es reacio a defender posiciones fijas fácilmente identificables en los que es un blanco fácil para la campaña aérea encabezada por Estados Unidos. Recuerda que perdió 2.200 combatientes al no poder capturar la ciudad siria de Kobani en un asedio de cuatro años y medio meses que terminó en Enero. El EI probablemente defendería Mosul, Faluya y Raqqa hasta el final, pero podría entregar otros lugares que no vale la pena defender debido a las numerosas bajas que sufriría tratando de aferrarse a ellos. Su mejor estrategia es utilizar su fuerza como una guerrilla móvil, buscando los puntos débiles de sus enemigos y lanzar múltiples ataques que tomen al otro lado por sorpresa.
Contradiciendo este enfoque militar es un imperativo político que hace que el EI sea diferente de Al Qaida y otros movimientos jihadistas extremos. La diferencia es que es un Estado genuino con una administración, impuestos, el servicio militar obligatorio y el control total sobre la población civil. Esto significa que tendrá que luchar por parte de su territorio y aquí es donde es vulnerable al poder aéreo masivo –en la forma de las fuerzas aéreas estadounidenses y rusas– dispuesto en su contra. Se ha convertido en sabiduría convencional decir que el poder aéreo por sí solo no gana guerras, pero el continuo golpeteo de aviones enemigos limita el tipo de operaciones que el EI puede realizar con éxito y rompe la infraestructura de carreteras, puentes, agua y suministro de electricidad usada por soldados y civiles por igual.
El cóctel de tácticas del EI como el uso masivo de terroristas suicidas en vehículos cargados de explosivos fueron altamente efectivos el año pasado y en el primer semestre de este año. Unos 30 esas bombas se utilizaron en mayo para romper las defensas de Ramadi, incluyendo 10 camiones de basura blindados que abrumaron a los defensores. Pero los combatientes anti EI están ahora armados con un arsenal de armas antitanque que pueden detener a la mayor parte de estos vehículos antes de que puedan hacer daño. El EI no puede escandalizar y aterrorizar a sus enemigos como lo hacía antes de la caída de Mosul.
La creciente presión militar de sus muchos enemigos, embreta al EI, pero los enemigos permanecen desunidos y hostiles entre sí por lo que, por el momento, el estancamiento global continúa.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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