Mié 03.12.2003

EL MUNDO

La cola israelí que mueve al perro norteamericano

Ehud Olmert, segundo de Ariel Sharon, atacó duramente ayer al secretario de Estado Colin Powell. Las elecciones de EE.UU. no parecen inocentes al asunto.

Por Justin Huggler *
Desde Jerusalén

Israel estuvo inusitadamente crítica ayer con respecto a su principal aliado, Estados Unidos, después de que el secretario de Estado Colin Powell acordara reunirse con los autores principales de un plan de paz alternativo no oficial. El vicepremier israelí, Ehud Olmert, dijo que el general Powell “está cometiendo un error”. Olmert estaba reemplazando al primer ministro Ariel Sharon, que está enfermo. El gobierno de Sharon había denunciado furiosamente al plan de paz Acuerdo de Ginebra, lanzado en una ceremonia en Suiza el lunes. El acuerdo, negociado en secreto por los políticos e intelectuales de la oposición israelí y ex ministros palestinos en secreto, esboza un acuerdo que abarca todos los puntos de litigio.
El general Powell debe reunirse con los principales patrocinadores de ambas partes del Acuerdo de Ginebra, Yossi Beilin y Yasser Abed Rabbo, el viernes. Utilizando un lenguaje inusualmente duro, Olmert dijo ayer del general Powell: “Creo que no está siendo útil al proceso de paz. Este es un paso incorrecto dado por un alto representante de la administración estadounidense. Estoy seguro de su amistad, pero tendría mis dudas sobre su juicio en este asunto”. Israel generalmente no desafía tan directamente a su superpotencia patrocinadora. Se sabe que Olmert está muy cerca de Sharon y a menudo habla en su nombre. El reproche llega después que Israel desafió a Estados Unidos en una serie de temas, rechazando cambiar la ruta de su controvertido “muro de separación” e insistiendo en la expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania. Sharon parece estar calculando que, con el presidente George Bush enfrentándose a su reelección el año que viene en medio de las calamidades iraquíes, puede darse el lujo de ser directo.
El gobierno de Sharon denunció con enojo el Acuerdo de Ginebra, pero Estados Unidos dijo que ve con buenos ojos la propuesta de paz alternativa. Muchos observadores creen que la verdadera razón de la furia del gobierno israelí es que el acuerdo expone la falacia de la afirmación de Sharon de que no hay un socio con quien negociar en el lado palestino. Por segundo día consecutivo, el ejército israelí atacó ayer una ciudad palestina, esta vez Jenin, en el norte de Cisjordania. Un hombre, que se cree que es un miembro de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa y que estaba armado, fue muerto por soldados isralíes cuando trataba de huir. Los soldados también derrumbaron dos casas en un pueblo cercano que, según el ejército, pertenecía a supuestos militantes de Jihad Islámica.
El ataque sucede después de una operación similar en Ramalá el lunes, donde un niño de nueve años resultó muerto cuando los soldados israelíes dispararon contra una multitud. También murieron tres militantes. Se han manifestado sospechas sobre el momento de los ataques, que coincidieron no sólo con el lanzamiento de la ceremonia para el Acuerdo de Ginebra, sino también con las conversaciones en El Cairo para persuadir a las facciones militantes palestinas a que acordaran un nuevo cese de fuego como el que habían tenido durante parte del verano. Los palestinos advirtieron ayer que los ataques podrían hacer naufragar las conversaciones sobre el cese de fuego. Después del ataque a Ramalá, Hamas, el grupo militante más poderoso, prometió venganza.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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