EL MUNDO › PATXI LóPEZ, DEL PSOE, JURó COMO PRESIDENTE DE DIPUTADOS EN LA LEGISLATURA DE ESPAñA ASUME EL CONGRESO CON LíDER OPOSITOR
La elección del ex jefe del Gobierno vasco como presidente de la Cámara baja fue fruto del primer acuerdo de la Legislatura, alcanzado por socialistas y liberales, al que luego se sumaron los conservadores del oficialista PP.
Dividido entre dos partidos nuevos y dos antiguos, y presionado para conseguir una mayoría de gobierno frente al reto secesionista presentado por Cataluña, el Parlamento español surgido de las elecciones del 20 de diciembre se constituyó ayer, dando inicio a una legislatura incierta que estará marcada por la falta de acuerdos para formar tanto un nuevo gobierno conservador como una alternativa progresista. Tras jurar en su cargo, Patxi López, flamante presidente del Congreso de los Diputados, señaló que diálogo y acuerdo son elementos fundamentales de la democracia. “Hemos de debatir y buscar el entendimiento sobre los grandes valores políticos, porque España es plural, diversa, y, ante todo, un proyecto común”, aseguró el ex secretario general del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSE-EE), subsidiaria en el País Vasco del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La elección del ex jefe del gobierno vasco como presidente de la Cámara baja fue fruto del primer acuerdo de la legislatura, alcanzado por socialistas y liberales, al que luego se sumaron los conservadores.
Su desembarco en el Parlamento español es resultado de la nueva realidad política que vive España, en la que el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, pese a vencer en los comicios generales, no logró imponer a su candidato. Se trata de la primera vez que el cargo de presidente del Congreso, la tercera autoridad del país, no descansa en manos del partido que ostenta la mayoría.
López, de 56 años, es una figura de consenso. El diputado vasco fue elegido en segunda votación por mayoría simple. El movimiento que lo llevó a encabezar la legislatura se produjo a partir de un acuerdo a tres bandas entre el PP, el PSOE y Ciudadanos: el ex presidente regional vasco entre 2009 y 2012 contó con 130 votos a favor del PSOE y Ciudadanos y la abstención de los diputados populares en la primera sesión del Congreso, donde se escenificó la nueva etapa política. Podemos, que quedó excluido del acuerdo, presentó a su propia candidata, la diputada Carolina Bescansa, que recibió 71 votos, los de su partido más Izquierda Unida.
El pacto tripartito permitió también repartir el resto de los cargos de la Mesa del Congreso, órgano que gestiona la actividad parlamentaria, dando lugar a una mayor pluralidad. De esta forma, el PP contará con dos vicepresidencias y una secretaría, los socialistas (segunda fuerza) con otra vicepresidencia, Podemos (tercera fuerza) con una vicepresidencia y una secretaría y Ciudadanos (cuarta fuerza) con dos secretarías.
Pese a un cambio legislativo que a todas luces es histórico, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, fue muy crítico con el acuerdo entre PSOE, Ciudadanos y PP, puesto que dejó la mayoría de la Mesa del Congreso en manos de la derecha. “A cambio de un sillón entregaron la mayoría de la mesa al PP y a Ciudadanos, a eso que Sánchez llamaba la derecha; lo que va a servir para poner muchas dificultades a las leyes que queremos sacar adelante”, afirmó Iglesias en declaraciones a la radio Cadena Ser.
“El PP ha sido el partido de la corrupción y ustedes están pactando con ellos. No vuelvan a hablar de nueva política a la gente cuando al final son el bastón”, le reprochó Iglesias al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con el que se cruzó en un programa de la radio Cope.
Las elecciones generales del 20 de diciembre pasado alumbraron el parlamento más fragmentado tras casi cuatro décadas de hegemonía bipartidista del PP y PSOE, por la irrupción de dos nuevas fuerzas políticas, Podemos y Ciudadanos. Esta situación obliga a alcanzar pactos para formar un nuevo gobierno, pero a tres semanas de las elecciones los partidos españoles están lejos de alcanzar ese objetivo. Debido a su victoria en los comicios, el PP del presidente en funciones, Mariano Rajoy tiene prioridad para buscar un acuerdo de investidura. Su oferta es lograr un pacto de gran coalición con socialistas y liberales. “Creemos que es importante que haya un acuerdo que nos permita gobernar, un acuerdo entre el PP, que debe asumir la responsabilidad de gobernar, con el PSOE y con Ciudadanos”, reiteró ayer Rajoy en los pasillos del Congreso.
El líder conservador subrayó que quiere encabezar una legislatura de cuatro años, no provisional, para hacer reformas para muchos años y consolidar la recuperación económica. Las posibilidades de Rajoy son casi nulas, puesto que si bien cuenta con la abstención de Ciudadanos necesitaría la misma actitud por parte del PSOE, que se niega a apoyarlo.
La otra alternativa que está sobre la mesa es un gobierno de izquierda liderado por el socialista Pedro Sánchez, pero esta posibilidad parece alejarse cada vez más a juzgar por las palabras del líder de Podemos.
“Sánchez ha dejado claro con quién va a pactar. Quien está excluyendo la posibilidad de que nos podamos entender es Pedro Sánchez”, sostuvo Iglesias visiblemente enojado por el pacto en torno al reparto de la Mesa del Congreso.
Sánchez lamentó la falta de acuerdo con Podemos pero subrayó que su mano sigue tendida para formar un gobierno progresista. “Los votantes de Podemos y los votantes socialistas no entenderían que no nos pudiéramos poner de acuerdo”, dijo. El principal escollo para este pacto sigue siendo que la fuerza antiajuste plantea como condición la celebración de un referéndum secesionista en Cataluña, que el PSOE rechaza.
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