Dom 21.02.2016

EL MUNDO  › CAMERON ANUNCIO QUE LA CONTINUIDAD EN LA UNION EUROPEA SE VOTARA EL 23 DE JUNIO

El referendo británico ya tiene fecha

El anuncio de Cameron fue el puntapié oficial de una campaña que se encendió hace rato con las pasiones que sólo Europa provoca en la escena política británica. “Abandonar Europa pondrá en peligro nuestra economía”, dijo el premier.

› Por Marcelo Justo

Desde Londres

En las puertas de 10 Downing Street, bajo un cielo tormentoso que parecía escenificar la hamletiana incertidumbre británica, el primer ministro David Cameron anunció que el 23 de junio se celebrará el referendo sobre si el Reino Unido permanecerá o no en la Unión Europea. “Enfrentamos una de las decisiones más importantes de nuestra vida. No digo que no podamos sobrevivir fuera de la Unión Europea. Somos Gran Bretaña, siempre seremos capaces de grandes cosas. El dilema es si vamos a estar mejor y más seguros en una Unión Europea reformada o fuera de ella. Abandonar Europa pondrá en peligro nuestra economía y nuestra seguridad, será un salto al vacío en momentos de gran incertidumbre”, indicó Cameron.

El anuncio de Cameron fue el puntapié oficial de una campaña que se encendió hace rato con las pasiones que sólo Europa puede provocar en la escena política británica. En el mismo gabinete de gobierno de Cameron una poderosa minoría de seis ministros (de un total de 21) anunciaron que harían campaña a favor del “Brexit” (British Exit: salida), entre ellos, el de Justicia Michael Gove, íntimo amigo de Cameron y uno de sus más fervientes aliados políticos en todo... menos Europa. Al cierre de esta edición no se conocía la posición del ex alcalde de Londres, el diputado Boris Johnson, que según los tomadores de apuestas, fiel termómetro del humor social británico, podría resultar decisivo a la hora de inclinar la balanza en una u otra dirección.

Una encuesta de encuestas del Financial Times (uno de los tres periódicos a favor del sí) señala que los británicos están partidos por la mitad en sus preferencias pero, según la empresa de apuestas más importante del reino, Ladbrokes, el acuerdo conseguido este viernes en Bruselas por Cameron cambia la historia. “El acuerdo británica ha cambiado la tendencia. Las apuestas que hemos recibido desde el viernes por la noche se inclinan claramente por la permanencia. Nuestra estimación es que ahora hay un 69% de posibilidades de que los votantes voten a favor de seguir en la Unión Europea”, señaló Ladbrokes.

El acuerdo tras 40 horas de negociaciones en Bruselas (el viernes el primer ministro se retiró a dormir a las 5:30: tres horas más tarde estaba otra vez en la mesa de negociaciones) confirma la “excepcionalidad” británica en el seno de la UE. Este “status especial”, que incluye una rebaja de sus contribuciones al presupuesto europeo, fue el subterfugio retórico para otorgar concesiones económicas y políticas (protección de la City frente al euro, autonomía británico respecto al compromiso a una “permanente profundización de la integración europea”). Más importante y polémico aún, la “excepcionalidad” fue invocada para excluir a otros trabajadores europeos en el Reino Unido de derechos sociales que gozan los británicos, algo específicamente prohibido en uno de los tratados fundantes de la Unión Europea, el TFUE (tratado de funcionamiento Europeo).

El artículo 45 del TFUE establece que en cuanto a empleo, salarios y servicios sociales “la libre circulación (... de los ciudadanos europeos ...) supondrá la abolición de toda discriminación por razón de la nacionalidad”. Pero con la canciller Angela Merkel a la cabeza una UE exhausta ejecutó varias piruetas para ayudar a Cameron y evitar que un nuevo vendaval –el Brexit– se sume a esas dos grandes amenazas actuales a la integridad paneuropea: la crisis del euro y la inmigración. Ahora todo dependerá de los impredecibles británicos que ya en la posguerra sorprendieron al mundo votando en contra de quien ellos mismos proclamaban que era el triunfador de la segunda guerra mundial: Winston Churchill.

En buena medida este gigantesco drama político se debe a la interna del Partido Conservador previa a las elecciones de mayo pasado cuando David Cameron se comprometió a llamar a referendo si ganaba las elecciones con mayoría propia para neutralizar el drenaje de votos conservadores hacia los antieuropeístas del UKIP, drenaje que hacía temer una victoria del entonces líder laborista Ed Miliband. En este sentido el sustituto de Miliband al frente del laborismo, Jeremy Corbyn, que hará campaña a favor de la permanencia en Europea, acusó al primer ministro de ejecutar una pantomima. “Su prioridad era apaciguar a sus oponentes en el Partido Conservador. En el acuerdo que consiguió no hay nada que promueva el empleo, proteja nuestra industria siderúrgica o combata los bajos salarios”, indicó Corbyn.

La campaña a favor del “Brexit” está a cargo de tres grupos. El “Vote Leave” congrega al voto conservador puro, el “Leave.Eu” está comandado por el UKIP y el “Grassroots Out” apela al multipartidismo y el voto independiente. La pasión está de este lado: la independencia de la Unión Europea es una suerte de tierra prometida para la regeneración nacional, sueño post-imperial que asoma su cabeza con regularidad en el Reino Unido. La fragmentación y el extremismo los perjudica, el apoyo de los grandes conglomerados mediáticos los ayudará: sólo tres periódicos están a favor de la permanencia.

La campaña por el sí a Europa la encabeza el ex presidente de la cadena de tiendas de ropa Marks & Spencer Stuart Rose y cuenta con el respaldo de los bancos, la City y el CBI que nuclea a los empresarios británicos. El mensaje es más unificado, cuenta con respaldo gubernamental y el enorme temor al cambio en momentos de incertidumbre a nivel mundial.

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