EL MUNDO › LA HISTORIA DE COMPLICIDAD ENTRE EL MULTIMEDIOS Y EL EX MANDATARIO DE BRASIL
Tras ser despedida de la TV Globo, la periodista Miriam Dutra Schmidt confesó haber mantenido un romance con el ex presidente, con quien tuvo un hijo. En 1991 el grupo mediático la envió a Europa con un contrato de fachada.
› Por Darío Pignotti
Página/12 En Brasil
Desde Brasilia
Es la primicia publicada con 25 años de atraso. Luego de ser despedida de la TV Globo, la periodista Miriam Dutra Schmidt confesó haber mantenido un romance de seis años con el ex presidente Fernando Henrique Cardoso del cual nació Tomás, en 1991, año en que el multimedios la envió a Europa donde además de cobrar su salario como corresponsal recibió dinero mediante un contrato de fachada. Dutra Schmidt asegura (y es cierto) que en los corrillos de Brasilia todo el mundo sabía que ella fue la amante de Cardoso pero mantener el secreto para el gran público resultó ser muy rentable: en lo político para garantizar una campaña sin manchas para el candidato presidencial que vencería en 1994 y en lo económico para Globo.
“Cardoso compró a su novia, a los medios y a la reelección”, disparó ayer el senador Roberto Requiao, mientras otros legisladores comentaron la posibilidad de investigar un caso en el que se mezclan el tráfico de influencias, cuentas en el exterior y contratos fraudulentos. El affaire explotó en las redes sociales y siguió siendo un tema caliente este fin de semana pero tuvo una repercusión tímida en las principales cadenas privadas, salvo el diario Folha de S. Paulo, donde se publicó una entrevista a Dutra Schmidt.
Luego de recibir el telegrama de despido a fines del año pasado “dejé de ser Miriam de la TV Globo y me sentí libre para hacer lo que siempre había querido desenterrar huesos, pero he visto que este cadáver incomoda a mucha gente y la repercusión fue mayor de lo que esperaba”. Dutra Schmidt no esconde su rencor hacia el ex gobernante de quien asegura haber estado enamorada. Lo describe como alguien ambicioso, sin escrúpulos y que intentó obligarla a suspender el embarazo en 1991 y “además, voy a contar una cosa todavía más seria: durante los 6 años con él, quedé embarazada otras dos veces y aborté”.
En 1991 mientras el mandato del presidente Fernando Collor de Melo (1990-1992) comenzaba a desmoronarse acosado por denuncias de corrupción, y se iniciaban las negociaciones para el gobierno de transición en el que Cardoso fue ministro, Globo consideró inconveniente que Dutra permaneciera en Brasilia y decidió “exiliarla” como corresponsal en Europa.
Posteriormente con la madre de su hijo extramatrimonial fuera del país Cardoso sería elegido en 1994 y reelecto en 1998 frente a su eterno rival Luiz Inácio Lula da Silva, que también lo era del consorcio Globo.
Una vez en la Presidencia recompensó el favor del multimedios con dinero de Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.
La mayor entidad de fomento estatal brasileña liberó “créditos para Globo con intereses bajos, y no fueron pocos créditos... mantenerme fuera del país fue un gran negocio” afirma la periodista con la seguridad de quien conoce por dentro a una empresa en la que prestó servicios por más de tres décadas.
Además de cobrar un salario del canal que prácticamente no le solicitaba reportes desde España y Portugal, la periodista recibió 3 mil dólares mensuales destinados a costear la educación de su hijo a través de un contrato de la empresa Brasif, a la que el gobierno le había entregado la concesión de los freeshops. Su tarea era la de recorrer tiendas de aeropuertos europeos y elaborar informes para la firma Brasif. “Jamás pisé un freeshop”, confesó la periodista.
Brasif reconoció que el contrato existió pero eximió de responsabilidades al ex jefe de Estado que “nunca tuvo participación en esa contratación, ni hizo ningún depósito en la firma”.
Al tomar conocimiento de tema el ministro de Justicia José Eduardo Cardoso dijo que el “envío de dinero al exterior a través de la firma Brasif S.A. es algo que requiere una investigación” y si surgen indicios la Policía Federal tomará cartas en el asunto.
El ex mandatario y actual referente opositor Cardoso lamentó que lo que definió como una maniobra “política” que viola su vida privada, pero admitió la compra de un departamento de 200 mil euros en Barcelona para el joven Tomas. Globo repitió, en parte, el argumento de que se trata de un episodio de carácter privado y omitió toda complicidad con el destierro de la reportera a Europa para preservar la imagen del ex jefe de estado.
“Posiblemente Globo sea el mayor, o uno de los grandes factores que amenazan a la consolidación de la democracia en Brasil, yo diría que no hay en América latina ningún grupo que tenga tanto poder como Globo” para construir acontecimientos o erradicarlos de la agenda comparó tiempo atrás, en entrevista con este diario, el investigador Venício Lima, de la Universidad de Brasilia.
Ni la cadena mexicana Televisa, segundo conglomerado continental, fue capaz de ocultar por completo el fraude de las elecciones de 1988 que dieron el triunfo a Carlos Salinas de Gortari en perjuicio de Cuauhtemoc Cárdenas ni la venezolana RCTV pudo mantener en pie las mentiras sobre el golpe contra Hugo Chávez en 2002.
En cambio Globo ocultó con eficacia las movilizaciones que en 1984 exigían elecciones directas para elegir el primer mandatario posterior a la dictadura y en 1989 fabricó a Fernando Collor de Melo, un ignoto cacique de provincia que finalmente derrotó a Lula en segundo turno.
El fraude electrónico para inventar a Collor (fue producida una telenovela para instalarlo en el imaginario popular) y denigrar a Lula fue el tema de un documental de la BBC en el que la familia Marinho, propietaria del grupo, fue considerada más inescrupulosa que el magnate de la prensa amarilla norteamericana Rudolph Hearst.
Pero acaso el silencio más prolongado haya sido este triángulo entre Cardoso, Miriam Dutra y Globo.
El periodista Ricardo Boechat, que trabajó durante una década en esa cadena, reveló que en 2000 uno de los miembros de la dinastía Marinho le prohibió repercutir la tapa de la revista Caros Amigos que decía: “¿Por qué la prensa esconde el hijo de Fernando Henrique Cardoso con una periodista de la Globo?”. Y uno de los autores de ese muy bien documentado artículo de Caros Amigos aseguró que emisarios del gobierno lo presionaron e intentaron sobornarlo para evitar la publicación.
El ex secretario de prensa del primer gobierno de Lula, Ricardo Kotscho, lamentó ayer que la omertá entre la prensa privada sigue vigente como lo prueba en la indiferencia ante las confesiones Dutra.
“El caso Cardoso fue el asunto más comentado en las redes sociales y en todas partes, pero no en los medios grandes. Es el caso de la revista Veja que además de ignorar lo de Cardoso se dedicó en su último número a publicar la 968 denuncia contra Lula”.
“Después de esto, ¿alguien tiene alguna duda sobre la descarada parcialidad de los principales medios al tratar obsesivamente las denuncias contra Lula y omitir las que tocan a Cardoso?”, remata Kotscho.
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