Omar Mateen llamó al 911 mientras retenía rehenes en uno de los baños del Bar Pulse, informó ayer el jefe de la policía de Orlando, John Mina. También dijo que “eran inminentes más pérdidas de vidas” y que por ese motivo tomó la decisión de iniciar la operación de rescate. El agente contó que antes de entrar en el boliche, sus negociadores hablaron con Mateen. “Parecía tranquilo”, señaló Mina, pero luego el tirador dijo que tenía explosivos.

Al mismo tiempo, sostuvo que en las conversaciones, el sospechoso –que aseguró llevar puesto un chaleco antibalas– juró lealtad al Estado Islámico (EI) y trató de negociar. Sin revelar muchos detalles debido a que la investigación sigue abierta, Mina indicó que gracias al contacto telefónico supieron que Mateen se había refugiado en uno de los baños de la discoteca, donde tenía a “cuatro o cinco rehenes, mientras mantenía entre 15 y 20 en otro”.

Después de varias horas de negociación, la policía decidió romper la pared del baño con un vehículo blindado. En un determinado momento,

Mateen salió con dos granadas de mano y disparó contra los agentes, que respondieron al fuego y lo mataron, según la versión difundida por Mina, quien relató que mientras el tirador estaba en el baño, la policía pudo rescatar “a varias personas que estaban retenidas”.

Por otra parte, la policía de Orlando desmintió en las redes sociales los “infundados” rumores sobre la existencia de más de un sospechoso en el local. “El único asesino era Omar Mateen y está muerto”, aseguró en un comunicado. “La respuesta inicial de la policía salvó decenas y decenas de vidas”, concluyó el jefe policial sobre la investigación encabezada por el FBI, que sigue más de cien pistas enviadas por ciudadanos en las últimas horas.

La matanza –el peor tiroteo en décadas, que con el correr de las horas se convirtió en el mayor atentado desde las Torres Gemelas, en 2001– se produjo en la madrugada del sábado cuando el atacante comenzó a disparar en la discoteca y tomó un grupo de rehenes en su interior. Tres horas más tarde, agentes de los equipos especiales entraron en el local, liberaron a 30 personas y mataron al sospechoso de haber quitado la vida a 49 personas y herido a 53.

Ayer, el alcalde de la ciudad, Buddy Dyer, informó a la prensa que se encontró una tercera arma en el auto del atacante y que la investigación de todas ellas llevaban a Mateen. Por su parte, la Fiscalía General indicó que la investigación se encuentra en su fase inicial y que apunta a que “no hay más personas que supongan un riesgo público”, aunque sí están investigando a otras personas por su posible conexión con el autor de la matanza. El gobernador de Florida, Rick Scott, le pidió al presidente Obama que declare estado de desastre en Florida.