EL MUNDO › EL CANDIDATO RECONOCE SU CAíDA EN LOS SONDEOS
› Por David Usborne *
Desde Nueva York
Donald Trump (foto) echó a Corey Lewandowski, su jefe de campaña desde hace mucho tiempo, reconociendo esencialmente que su popularidad está en caída libre. El anuncio se produce a pocos días que Trump viaje este viernes a Escocia en el que será su primer viaje al extranjero desde que asumió como virtual nominado del Partido Republicano, y a pocas semanas de la convención nacional en Cleveland.
“La campaña de Donald Trump para presidente, que estableció un record en las primarias republicanas, habiendo recibido casi 14 millones de votos, anunció hoy (por ayer) que Corey Lewandowski no seguirá trabajando en la campaña”, dijo Hope Hicks, un vocero.
Los partidarios y muchos donantes republicanos ahora buscarán señales de que Trump está dispuesto a construir una campaña más tradicional capaz de luchar más eficazmente contra Hillary Clinton a medida que se acercan las elecciones generales de noviembre. En general se supone que la salida de Lewandowski dará paso a Paul Manafort, que, según algunas versiones ha sido el jefe de campaña efectivo desde hace varias semanas, para hacerse cargo plenamente.
Lewandowski, de 42 años, estuvo en el centro de desagradables titulares sobre Trump cuando una periodista lo acusó de maltratarla cuando ella intentó acercarse al candidato al final de una conferencia de prensa en Florida. En ese momento, Trump se mostró junto a su asesor y resistió la presión de despedirlo, incluso después de que la policía presentó cargos. “No voy a arruinar su vida”, declaró entonces.
El despido de Lewandowski ayer fue aparentemente rápido e inesperado para él. Había estado trabajando con cadenas de televisión durante el fin de semana concertando entrevistas con el jefe y hablando con la prensa sobre el camino a seguir en la mañana de ayer.
Pero las sacudidas son un elemento básico de las campañas presidenciales. De hecho, la campaña de la primaria de Clinton contra el presidente Barack Obama en 2008 convulsionó en varias ocasiones por desorganización interna y una entrada y salida de los principales asesores y estrategas.
En esta ocasión, Clinton parece haber reunido un equipo más estable a su alrededor. Por otra parte, se ha afianzado la sensación en las últimas semanas de que después de una carrera exitosa sin lugar a dudas durante las primarias, la campaña de Trump está muy mal preparada para la elección general.
Eso, en parte se ha reflejado en una serie de errores percibidos por el propio candidato. Mientras que es poco probable que su núcleo de seguidores lo abandonen, ha distanciado a electores potenciales y donantes por su respuesta ante la matanza de Orlando, al hacer hincapié en la retórica antiinmigración con los musulmanes estadounidenses y su pedido de que el juez que lleva un caso civil contra su ex Universidad Trump fuera apartado del mismo a causa de su herencia mexicana.
La despedida de Lewandowski –que tenía reputación por su brusquedad, pero también por ser generalmente accesible y útil para los periodistas– parece consolidar la posición de Manafort, quien ha estado pidiendo una campaña más profesional y de una base más amplia. Puede ser que Trump haya llegado a lamentar ese consejo o que haya escuchado a otros que creyeron que la influencia de Lewandowski era tóxica, en particular los miembros de su propia familia. Se dice que su hija, Ivanka, era la que más esfuerzos hacía para que su padre se liberara de Lewandowski.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
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