EL MUNDO › LA LLUVIA TAMBIEN QUISO IR A VOTAR
Fue una jornada histórica para toda Europa, pero el tiempo fue miserablemente inglés: ayer, día del referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea (UE), los londinenses tuvieron que enfrentarse a lluvias torrenciales para poder votar.
Las precipitaciones en la capital británica y el sureste de Inglaterra y el caos en el transporte público invitaban al enojo con la fiesta de la democracia. Si, meteorológicamente hablando, Londres es Bahamas comparado con Escocia, este jueves la capital británica parecía Glasgow y, milagrosamente, Glasgow parecía Barcelona.
Hubo una alerta amarilla por lluvias e inundaciones que estuvo vigente todo el día. Ocho de las quince líneas de metro sufrieron retrasos o estaban suspendidas en la hora pico matinal y algunos centros electorales estaban inundados.
El líder pro-Brexit Nigel Farage se frotaba las manos. “Todo depende de la participación y de que esos blandos pro-UE se queden en casa’’, pronosticó en declaraciones a la prensa. Farage tenía en mente todos los análisis que coinciden en que el segmento más perezoso o demasiado ocupado para votar, los jóvenes, es más proclive a la UE, mientras que los ancianos, con todo el tiempo del mundo para esperar que mejore el tiempo, desean romper con Bruselas.
“Es algo bíblico’’, decía en Twitter Helen Joanna Youngs, junto a una foto de un gran charco a la entrada del centro de voto. Leonard Moore, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, pidió a su familia, antes de morir, que enviara su voto “Leave’’ por correo, una noticia comentada abundantemente por los medios de comunicación pro-Brexit.
Lesley Syer, una jubilada de 74 años, se quejaba amargamente de los inmigrantes –unos 3 millones de la UE– antes de votar en Biggin Hill, en las afueras de Londres. “No soy racista, pero esta isla es pequeña y nunca nadie lo dice. ¿Dónde vamos a meter a toda esta gente?’’, dijo.
“Llegan como quieren. Los ves en los diarios cada día, llegan en camiones’’, coincidía Barry Martin, otro jubilado de 69 años.
Pese a todo, los votantes estaban decididos a interpretar su parte en esta historia y dar por zanjado un asunto que ha amargado a medio país. Como el “drag queen’’ Ben Gidden, de 27 años, que aguardaba en la fila en un colegio electoral del norte de Londres. “Estaré muy contento cuando todo esto acabe... siempre y cuando acabe como a mí me gustaría’’, dijo. “Es un circo por ambos lados. Es absolutamente increíble lo extraña que se ha vuelto la política’’, añadió.bajos, que es exactamente lo que se decía en los 50’’, lamentó otro votante, Paul Robinson, de 55 años, que trabaja en la industria del cine.
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