Sáb 25.06.2016

EL MUNDO  › EN VUELO A YEREVAN HABLO DE LA PAZ EN COLOMBIA, EL BREXIT Y EL “GENOCIDIO” DEL IMPERIO OTOMANO

El Papa en Armenia contra el genocidio

Los dichos de Francisco sobre la masacre armenia, que causó más de un millón y medio de muertos, provocan problemas con el gobierno turco, que retiró a su embajador del Vaticano cuando el Papa lo definió como “el primer genocidio del siglo XX”.

› Por Elena Llorente

Desde Roma

No pudo menos que referirse al Brexit el papa Francisco en el avión que ayer lo condujo en visita oficial a Armenia. “Fue la voluntad expresada por el pueblo. Esto requiere de todos nosotros una gran responsabilidad para asegurar el bienestar de la población del Reino Unido e incluso la buena convivencia de todo el continente europeo. Esto espero”, dijo al ser interrogado por los periodistas sobre los resultados del referendo que obligará al Reino Unido a salir de la Unión Europea. Pero Francisco también habló del acuerdo de paz firmado en Cuba entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). “Estoy feliz con esta noticia después de más de cincuenta años de guerra”, dijo además. Y agregó: “Espero que los países que han estado trabajando por la paz, blinden, desde adentro y desde afuera, este resultado, al punto que nunca se pueda volver atrás, que no regrese el estado de guerra” y deseó “los mejores augurios a Colombia”.

El papa Francisco llegó a Armenia en las primeras horas de la tarde de ayer, para una visita de tres días. Juan Pablo II había viajado a Armenia en 2001. Considerado el primer país cristiano de la historia, Armenia sufrió en el siglo XX la masacre de cerca de un millón y medio de sus habitantes a manos del Imperio Turco-Otomano, que lo dominaba. El genocidio, del cual se cumplieron 100 años el 24 de abril del año pasado, no ha sido jamás reconocido como tal por el gobierno de Turquía y esto ha provocado disputas con otros estados.

Al llegar al aeropuerto, Francisco fue recibido por el presidente armenio, Serzh Sargsyan, y por el Patriarca de la Iglesia Apostólica Armenia, Karekin II. Poco después, en el encuentro oficial en el palacio presidencial con el primer mandatario y 250 invitados del cuerpo diplomático, el papa Francisco recordó una vez más el genocidio. “Esa tragedia, aquel genocidio, inauguró una triste lista de catástrofes del siglo pasado, hechas posibles por aberrantes motivaciones raciales, ideológicas o religiosas”, dijo. “Es de vital importancia que todos aquellos que declaran su fe en Dios unan sus fuerzas para aislar a todo aquel que use la religión para llevar adelante una guerra de opresión, de persecución violenta, instrumentalizando y manipulando el Santo Nombre de Dios”, agregó en tácita alusión a los extremistas islámicos y su guerra. Concluyó incitando a los presentes para que se “multipliquen los esfuerzos de parte de todos a fin de que en las controversias internacionales prevalezca el diálogo, la constante búsqueda de la paz, la colaboración entre los estados y el compromiso de los organismos internacionales en crear un clima de confianza propicio para lograr acuerdos duraderos”.

Ayer Francisco, que se trasladaba en la ciudad en un pequeño automóvil, como es siempre su deseo, también visitó la catedral armenio-apostólica de Etchmiadzin. “Me inclino frente a la misericordia del Señor, que ha querido que Armenia fuera la primera nación, desde el año 301 d.C., en aceptar al cristianismo como su religión, en un tiempo en el que en el Imperio Romano todavía existían las persecuciones”, dijo en la catedral. “El mundo está tristemente marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso los niños y los ancianos, y espera de los cristianos un testimonio de respeto mutuo y la cooperación fraterna”, subrayó el Pontífice.

Este viaje a Armenia, en el que Francisco continúa hablando de “genocidio”, podría desencadenar nuevas polémicas de parte del gobierno turco, que nunca le perdonó al papa argentino que hubiera usado la palabra “genocidio” en una misa que para recordar el centenario de la masacre de 1915 celebró en la Basílica de San Pedro el año pasado. El Vaticano, la Unión Europea y unos 30 estados del mundo han reconocido oficialmente que hubo un genocidio. El primero fue Uruguay, en 1965. Pero también lo reconoció la Argentina en leyes y distintas resoluciones de su Parlamento a partir de 1993. Alemania se acaba de agregar al grupo y Estados Unidos, si bien no habla de genocidio para no irritar a su aliado, reconoce que la masacre existió. Italia lo reconoció en 2000. En Francia, desde 2011 existe una ley que condena a quien niega la existencia del genocidio armenio. Pero el gobierno turco no lo acepta. El ministro de asuntos europeos de Turquía, Volkan Bozkir, llegó a decir que el Papa había hablado así porque viene de la Argentina, un país que “ha acogido a los nazis” y en el cual “la diáspora armenia predomina en la prensa y en los negocios”. Cuando el Papa condenó esa masacre y la definió como “el primer genocidio del siglo XX”, citando por lo demás una declaración de 2001 del papa Juan Pablo II y el Patriarca armenio, el gobierno de Ankara llamó al nuncio, es decir al embajador vaticano en Turquía, para protestar y retiró su embajador ante el Vaticano.

La noche del 23 al 24 de abril de 1915 comenzaron los arrestos de armenios cristianos en Constantinopla, la capital del imperio Otomano (la actual Estambul). Eran sobre todo intelectuales y delegados ante el Parlamento. Fueron llevados al interior del país y asesinados. Muchos otros murieron de hambre, de sed, de enfermedades o asesinados, en largas marchas hacia Siria para ser deportados. Las matanzas duraron todo el 1915 y el año siguiente. Sobre las cifras todavía se discute porque de hecho no fue fácil reunir datos exactos, cuando Europa y el mundo estaban viviendo el drama de la Primera Guerra Mundial. Y por eso durante mucho tiempo nada se supo de esa masacre. Se acepta que se trató de cerca de 1,5 millón de personas. El exterminio y la deportación en masa de los cristianos armenios, según algunos historiadores, fue decidida por el Imperio Otomano a causa de las derrotas sufridas al principio de la Primera Guerra Mundial por el ejército ruso, en el que había batallones de armenios.

Rodeada por Turquía, Georgia, Azerbaiyán e Irán y sin salida al mar, Armenia tiene hoy unos tres millones de habitantes. Fue dominada por el Imperio Otomano por más de cuatro siglos, después por la Rusia imperial y luego formó parte de la Unión Soviética. Es una república independiente desde 1991.

Hoy, sábado, Francisco visitará el monumento a la memoria del Metz Yeghern, que recuerda el genocidio de 1915. Luego se reunirá con una decena de familiares de las víctimas. Sucesivamente viajará a Gymuri, segunda ciudad de Armenia. Allí celebrará una misa y visitará un orfanato y la catedral. Por la tarde estará de vuelta en la capital para participar de un encuentro ecuménico de oración por la paz, evento al cual está previsto que asistan varios miles de personas. El domingo, el Papa se encontrará con los obispos locales y luego, como conclusión del viaje, visitará y rezará en el monasterio de Khor Virap, donde según la tradición fue tenido prisionero en un pozo por 12 años el fundador del cristianismo armenio, Gregorio el Iluminador. Desde allí el Papa soltará hacia el monte Ararat algunas palomas como símbolo de paz, y según el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, será un hecho “de gran significado” porque ese monte está en Turquía, pero a pocos kilómetros de Armenia.

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