EL MUNDO › LAS PISTAS APUNTAN A QUE LA MASACRE FUE COMETIDA POR JIHADISTAS DEL ESTADO ISLáMICO
La cifra de muertos en el ataque terrorista en el aeropuerto internacional Atatürk, de Estambul, se elevó a 45 y ningún grupo se atribuyó el atentado, aunque las autoridades informaron que ya tienen los nombres de los presuntos autores.
Turquía declaró ayer “luto nacional” tras el ataque perpetrado el martes en el aeropuerto internacional Atatürk de Estambul, elevó a 45 la cifra de muertos e insistió en que todo apunta a que la masacre fue cometida por los jihadistas del Estado Islámico (EI), pese a que aún no fue reivindicada por ningún grupo.
“Seguimos pensando que ha sido el Estado Islámico”, dijo ayer el primer ministro turco, Binali Yildirim, quien anoche había anticipado que los primeros indicios hacían pensar en una acción de la milicia extremista sunnita a la que Turquía bombardea en la vecina Siria como parte de una coalición internacional. “La investigación señala que ha sido el Estado Islámico, y en pocos días haremos públicos los nombres y detalles de los terroristas”, prometió el mandatario en declaraciones a la cadena de noticias turca NTV.
Tres atacantes suicidas armados con fusiles y chalecos explosivos abrieron fuego el martes por la noche contra decenas de civiles en la terminal de arribos del aeropuerto Atatürk, el mayor de Turquía y uno de los dos de Estambul, antes de inmolarse detonando sus bombas al ser tiroteados por fuerzas de seguridad. Con Turquía conmovida por el enésimo atentado en el último año, Yildrim precisó que uno de los atacantes se voló por los aires en la entrada de la terminal, donde existen fuertes controles, y que otros dos los hicieron en su interior. “Cuando los terroristas fueron incapaces de pasar el sistema de seguridad, cuando no pudieron pasar los escáners, los controles policiales y de seguridad, regresaron y sacaron sus armas de sus valijas y abrieron fuego de manera indiscriminada contra el control de seguridad”, señaló el premier.
Medios turcos, citando a funcionarios del Ministerio del Interior y otras fuentes de seguridad no identificadas, afirmaron que los tres atacantes llegaron en taxi hasta la terminal de arribos. El primer asaltante ingresó al gran edificio, abrió fuego y luego se inmoló cerca de una de las máquinas de rayos X. Aprovechando el caos, un segundo atacante subió por las escaleras al nivel superior, donde está la terminal de partidas del aeropuerto internacional, y detonó su cinturón bomba. El tercer atacante se quedó esperando afuera, donde estacionan los autos, e hizo explotar su bomba cuando la gente huía despavorida, agregaron los medios. En Internet circula un video, cuya autenticidad no se confirmó, que parece mostrar cómo los pasajeros huyen presos del pánico tras el control de seguridad en la zona de check-in, una planta más arriba de la zona de llegadas. En la imagen aparece un hombre vestido de negro, que al parecer es abatido y cae, mientras un objeto –supuestamente un arma– se le resbala y cae al suelo. Pocos segundos después se produce una explosión y el hombre desaparece.
La agencia de noticias estatal turca Anatolia informó que la cifra total de muertos, incluyendo a los atacantes, subió a 45. Más temprano, la oficina del gobernador de Estambul dijo en un comunicado que 41 personas, sin contar a los atacantes, habían muerto y 239 resultaron heridas en el triple atentado. Entre los muertos figuran 10 extranjeros y tres personas con doble nacionalidad, mientras que 109 de los heridos ya fueron dados de alta, agregó el comunicado. Graciela Ratto, funcionaria del consulado argentino en Estambul, informó que no había víctimas argentinas y que habían tomado contacto con 33 compatriotas que se encontraban en la terminal aérea para hacer diferentes transferencias con otros vuelos y que todos se encontraban en perfecto estado. Los embajadores en Turquía de Palestina y de Arabia Saudita dijeron que una mujer palestina y seis ciudadanos sauditas murieron en el ataque. Funcionarios turcos citados por los medios bajo condición de anonimato agregaron que entre los fallecidos había además dos iraquíes, un tunecino, un uzbeko, un chino, un iraní, un ucraniano y un jordano.
Los servicios de inteligencia y la policía trabajaron ayer en la reconstrucción del ataque revisando imágenes de las cámaras de seguridad y analizando las declaraciones de los testigos, en un intento por establecer una línea temporal y los detalles del ataque, el séptimo en lo que va del año, dijeron fuentes de seguridad. Desde temprano, equipos especializados empezaron a retirar los escombros dejados por el ataque en la terminal destruida, informó el diario Hurriyet. El aeropuerto reabrió parcialmente, aunque la zona de arribos internacionales permanecía cerrada y varios vehículos de emergencias permanecieron en el lugar en medio de una intensa presencia policial.
Las pantallas informativas de la terminal aeroportuaria mostraban las cancelaciones de al menos un tercio de los vuelos previstos, así como retrasos en algunos trayectos. La oficina del primer ministro declaró el día de ayer de “luto nacional” por los fallecidos y las banderas del país eurasiático y de sus oficinas de representación en el exterior ondearon a media asta.
Turquía forma parte de la OTAN, es un socio clave de la coalición liderada por Estados Unidos contra el EI y actualmente lucha contra diversos grupos rebeldes dentro de sus fronteras, entre ellos el Partido de los Trabajadores del Kurdistán PKK, y el Partido-Frente Revolucionario Liberación del Pueblo (DHKP-C), una organización marxista-leninista. Los atentados en su territorio vienen en aumento, tanto en escala como en frecuencia, en los últimos meses, lo que ahuyentó a miles de turistas y golpeó duramente la economía del país, que depende considerablemente del turismo. Turquía comparte además extensas fronteras con Siria e Irak, países sumidos en la guerra y donde la milicia islamista controla amplias extensiones de territorio.
Hace apenas unos meses, Erdogan aseguró que la nación se quitaría el guante de seda y golpearía con puño de hierro a los terroristas. El atentado se ha producido precisamente en medio de buenas noticias. Después de meses de tensiones, Ankara y Moscú están volviendo a acercarse, y el gobierno turco se ha reconciliado también con Israel tras varios años. En el sureste del país, la situación ya era complicada desde hace un año debido al recrudecimiento del conflicto con los kurdos, que amenaza con convertirse en una guerra civil. Pero esa situación quedaba muy lejos para los habitantes y visitantes de Estambul y Ankara, hasta que la violencia golpeó también a esas grandes ciudades. Por otro lado, Turquía endureció el combate contra la milicia jihadista EI después de que a Erdogan se le acusase durante mucho tiempo de haber fomentado a ese tipo de grupos extremistas en Siria al menos con su estrategia de mirar hacia otro lado.
Tan sólo en Estambul y Ankara se registraron más de 200 muertos, entre ellos más de una decena de turistas alemanes que murieron en un atentado suicida del EI en enero en la ciudad vieja de Estambul. El ataque contra el aeropuerto es el cuarto atentado grave que sufre esa ciudad desde comienzos de año y el segundo durante el mes sagrado de los musulmanes, el Ramadán. Hace tres semanas estalló un coche bomba en la Ciudad Vieja, un ataque que fue reivindicado por los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), un grupo escindido del PKK.
Erdogan lleva meses intentando transmitir la impresión de que Turquía está teniendo éxito en la lucha contra el terrorismo. Como suele ser habitual cuando se producen graves atentados, el gobierno impuso un bloqueo informativo. Ahora parece que la consigna del gobierno es volver lo más rápido posible a la normalidad, empezando por el tráfico aéreo. Tras los atentados ocurridos en marzo en Bruselas pasaron dos semanas hasta que el aeropuerto de la capital belga volvió a funcionar. Pero en Estambul ni siquiera ha transcurrido un día. Tan sólo cinco horas después del ataque, Yildirim aseguró: “Nuestro aeropuerto está abierto a los vuelos desde las 2.20 horas y el
tráfico aéreo se ha normalizado”. Sin embargo, tan sólo Turkish Airlines canceló ayer 340 vuelos en Estambul. El primer ministro también aseguró que no se puede hablar de un fallo de seguridad ni en la zona de salidas ni de llegadas del aeropuerto.
Más de 60 millones de pasajeros pasan cada año por el aeropuerto Atatürk, que ocupa la posición número 11 del ranking mundial por pasajeros. Este aeródromo es el centro de operaciones de Turkish Airlines, una de las compañías aéreas de más rápido crecimiento de los últimos años. Es un objetivo de gran valor simbólico y que tiene una gran importancia económica para Turquía. Además, la terminal aérea lleva con orgullo el nombre del fundador del Estado turco y representa el despegue económico de Turquía. La entrada a la zona de pasajeros de este aeropuerto se encuentra sometida a controles de seguridad, con arcos detectores y escáneres. El segundo aeropuerto de la ciudad de Estambul, el de Sabiha Gokcen, situado en la orilla asiática, ya fue atacado en diciembre de 2015, en un atentado con mortero en el que perdió la vida una mujer del personal de mantenimiento y que fue asumido por el grupo armado Halcones para La Libertad del Kurdistán. El ataque dañó varias aeronaves vacías.
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