El chef argentino, Diego Rossini (foto), declaró ayer sentirse conmocionado tras haber vivido una película de terror, de la que consiguió escapar después de esconderse de los extremistas y ser ayudado por la policía, tras el ataque terrorista a su restaurante en Bangladesh.

El escenario de la tragedia, el Holey Artisan Bakery-O’Kitchen, es un restaurante con panadería más conocido simplemente como Holey y especializado en cocina mediterránea cuyos chefs son dos argentinos y que en pocos años se había convertido en referente para la comunidad expatriada y la clase alta bangladesí. “Estaba sacando mis mesas y vi que caía alguien, que un tipo se desplomaba fuera (en el jardín) por disparos. Di por hecho que eran terroristas”, explicó. “Subimos unas 10 personas (a la terraza), pusimos muebles en la puerta. Pensamos que los terroristas matarían a los clientes y se irían, pero al rato sentimos cómo empujaban la puerta, como si fuera una película de terror”, relató Rossini, que dirige la cocina junto a su compatriota Gastón Palacios, fuera de Bangladesh estos días.

Tras pasar varias balas a su lado, el chef saltó cuatro metros de altura intentando agarrarse a un árbol, pero cayó a un pasillo aledaño al edificio hasta que finalmente fue rescatado. “Si entraban otro día que hubiera habido más gente, sólo había unos 25 clientes, incluidos algunos italianos y japoneses, y entre 20 o 30 empleados”, dijo por la poca clientela en el Ramadán. Según el cocinero argentino, los atacantes tendrían entre 20 y 25 años, gritaban “Alá es grande” y llevaban bolsas grandes con explosivos, bombas y granadas, además de cuchillas. “Sé que mataron a varios chinos, un indio y algunos bangladesíes. Pero muchas de las víctimas son italianas”, contó y agregó: “Venían corriendo, buscando gente para matar”.

El chef argentino reveló que hace un año vio un ataque en la calle y decidió preparar un protocolo de escape por si le pasaba algo así y aseguró que por eso se salvó. “Es muy duro vivir así, estoy cansado de lo que pasa acá, tengo ganas de volver a la Argentina o a España”, confesó finalmente.

También habló el cocinero italiano Jacopo Bioni: “Estaba trabajando en la cocina cuando llegó un grupo de amigos italianos, todos trabajadores del sector textil y clientes habituales del restaurante. Creo que están todos muertos”. “Yo huí corriendo con Diego y otros colegas en la dirección opuesta (a los atacantes). Desde la parte de atrás de la cocina hay unas escaleras por las que se accede al tejado, en el segundo piso.

Entonces, empezaron a disparar y a lanzarnos granadas, así que saltamos”, agregó Bioni.