Al menos 13 personas murieron el fin de semana en Siria en un bombardeo a un hospital en la ciudad de Millis, provincia de Idleb, en el noroeste del país, sumido en un sangriento conflicto desde marzo de 2011, informó hoy la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).

“El ataque directo a otro hospital en Siria es un escándalo (...) cada vez que destrozan un hospital, ya sea como objetivo o por un ataque indiscriminado en zonas civiles, privan a los sirios de otro centro médico vital”, denunció en un comunicado MSF, aludiendo a otros ataques similares en el marco de la guerra en Siria.

El bombardeo tuvo lugar el sábado pasado contra un centro médico de Millis y causó la muerte de cuatro miembros del personal y otras nueve víctimas mortales, incluidos cinco niños y dos mujeres, dijo MSF.

“Reiteramos nuestro llamado urgente a todos aquellos que tengan influencia en la conducción de la guerra en Siria, incluidos cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (de la ONU), a que actúen ya para poner fin a los ataques a hospitales”, agregó el texto.

El centro hospitalario bombardeado ofrecía asistencia médica de emergencia y consultas a unos 250 pacientes por día, muchos de ellos mujeres y niños, y desde 2014 contaba con el apoyo técnico y financiero de MSF.

“Seguiremos haciendo todo lo que esté en nuestra mano para ayudar en Siria, pero tienen que acaban de manera inmediata los ataques a los hospitales”, dijo la responsables de las operaciones médicas de MSF en el noroeste de Siria, Silvia Dallatomasina.

Activistas locales en la región rebelde sospechan que los que perpetraron los ataques fueron aviones de guerra sirios o rusos. Dos ataques aéreos impactaron asimismo el sábado muy cerca del hospital en Millis, en la provincia de Idlib. El edificio ampliamente destruido deberá mantenerse cerrado por el momento.

Según dio a conocer MSF, resultaron dañados la sala de operaciones, la unidad de cuidados intensivos y la mayoría del equipamiento médico. El hospital brindaba atención a una población de 70.000 habitantes. En las cercanías también viven numerosos refugiados.

Los ataques contra hospitales e instituciones de salud se convirtieron en una táctica bélica en Siria, según señalan analistas. La semana pasada, la ONU denunció que solo en el mes de julio fueron atacados 44 hospitales, clínicas y otras instalaciones médicas en Siria, en medio del agravamiento del conflicto y de la situación humanitaria en el país árabe. Se estima que más de 280.000 personas murieron desde que comenzó el conflicto, que más de 4,8 millones de sirios se convirtieron en refugiados y que más de 6,5 millones de personas se encuentran desplazadas internamente dentro de las fronteras de Siria.

El Ejército de Siria se preparaba para lanzar una ofensiva a gran escala contra los rebeldes en la ciudad de Alepo después de que éstos consiguieran romper el cerco al que estaban sometidos. La milicia chiita libanesa Hizbolá y otros aliados chiitas de Irán, que combaten del lado del gobierno de Bashar al Assad, enviaron refuerzos a la ciudad.