Lun 05.09.2016

EL MUNDO  › SIRIA Y TURQUíA, TRENDING TOPIC EN CHINA

El Brexit copa el G20

Los mandatarios de las principales potencias del mundo aprovecharon para discutir en maratónicas reuniones algunos de los temas más importantes de la agenda internacional.

El anfitrión de la cumbre del G20, el presidente chino Xi Jinping, inauguró ayer la cita con un llamado a todos sus invitados a concentrarse en la economía y en buscar “una senda de crecimiento” para “reducir las desigualdades”, pero sus ruegos quedaron opacados por las maratónicas reuniones que se realizaron al margen por otros temas como el Brexit, la guerra en Siria y la tensión con Turquía.

Mientras se espera que la resolución final que se firmará hoy, al cierre de la segunda y última jornada de la cumbre, esté enfocada en temas económicos multilaterales, los mandatarios de las principales potencias del mundo aprovecharon para discutir algunos de los temas más importantes de la agenda internacional.

El Brexit y sus posibles consecuencias económicas para el bloque y sus aliados comerciales fue uno de los temas que dominaron el encuentro.

La primera ministra británica, Theresa May, activó hoy toda su maquinaria diplomática en su primera cumbre del G20 para dar el puntapié diplomático inicial al Brexit, con la ratificación de la salida de la Unión Europea (UE) y la búsqueda de nuevos aliados comerciales, y rápidamente se encontró con críticas y advertencias. La jefa del gobierno británico arrancó la mañana en Hangzhou con un encuentro bilateral con Obama, la primera reunión entre ambos desde que May asumió el poder a mediados de año, tras la renuncia de David Cameron, desatada por la victoria del Brexit en las urnas.

El encuentro fue ameno, pero en la conferencia de prensa conjunta posterior Obama intentó evitar quedar en la mira de las críticas de sus aliados del G20 y descartó que una de sus prioridades antes de abandonar el gobierno en Washington, en enero próximo, sea firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Londres.

Con la salida de Reino Unido de la UE, la potencia británica queda afuera de la zona de libre comercio europeo y de los TLC firmados por el bloque con otros grupos o países, entre ellos Estados Unidos. Por eso, una vez que May concrete la salida, tendrá que comenzar a ratificar sus alianzas comerciales con nuevos acuerdos bilaterales. Esto provocó malestar en los pasillos de la sede, donde algunos diplomáticos europeos se quejaban lejos de los micrófonos y recordaban que Londres no puede negociar nada bilateralmente hasta que no abandone formalmente la UE.

May también enfrentó una ofensiva diplomática poco común de Japón.

Antes de comenzar la cumbre, el gobierno japonés difundió un documento oficial de su Cancillería, en el que amenazaba a Londres con retirar las empresas niponas y mudarlas a algún país de la UE “si las leyes del bloque europeo quedan sin aplicación en el Reino Unido” una vez que se concrete el Brexit.

Respecto de otro de los temas clave de la Cumbre, tanto la delegación de Rusia como la de Estados Unidos fueron claras al afirmar que utilizarán esta cita diplomática para acelerar las negociaciones bilaterales para alcanzar una tregua en Siria y asentar las bases para un estable diálogo de paz. Sin embargo, ni bien llegó a la ciudad china de Hangzhou, la sede de la cumbre, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aclaró que la negociación no será fácil. “Si los rusos no hacen concesiones para reducir la violencia y mitigar la crisis humanitaria, será difícil lograr la siguiente fase”, explicó Obama, quien consideró el alto el fuego como una condición indispensable para las conversaciones de paz. Mientras sus cancilleres negocian contrarreloj cara a cara, Obama se reunirá a solas con su par ruso, Vladimir Putin, hoy lunes.

El otro tema que dominó la jornada fueron los intentos de algunas potencias occidentales de reconciliarse con Turquía, después de varias semanas de fuertes críticas por la masiva purga y la ola de detenciones que aprobó el presidente Recep Tayyip Erdogan después del fallido golpe de estado del 15 de julio pasado.

Erdogan se reunió en dos encuentros bilaterales con Obama y con la canciller alemana, Angela Merkel, y ambos moderaron dramáticamente su discurso. El primero elogió al “pueblo turco” por “su compromiso con la democracia” y le recordó a Erdogan su alianza militar contra el Estado Islámico al afirmar que tienen “que terminar el trabajo” de destruir a la milicia en Siria, país que Washington bombardea desde el aire y Ankara invadió recientemente. Merkel, por su parte, prometió a su par turco que puede haber “noticias positivas” en los próximos días sobre la eliminación de visas para los ciudadanos turcos que viajen a la UE, la contraparte firmada por Bruselas para que Turquía cierre por completo sus fronteras, no permita más el paso de refugiados e inmigrantes a Europa y, además, acepte a todos aquellos que sea deportados desde el Viejo Continente.

Ajeno a estas negociaciones bilaterales, el presidente y anfitrión chino, Xi, eligió inaugurar la cumbre de las veinte principales economías desarrolladas y emergentes del planeta –entre ellos la Argentina– con un llamado a buscar soluciones a los problemas económicos del mundo.

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