EL MUNDO
› EL EXPERTO NORTEAMERICANO DAVID KAY LIBRO DE TODO CARGO A SU EX JEFE
Bush es inocente, el error fue de la CIA
Por Isabel Piquer *
Desde Nueva York
David Kay, el ex jefe de la misión estadounidense encargada de encontrar las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, volvió a denunciar ayer, esta vez ante un comité del Senado, las fallas cometidas por los servicios secretos de EE.UU. al sobreestimar el arsenal iraquí. Kay, que con sus revelaciones ha puesto seriamente en apuros al gobierno del presidente Bush, hizo lo posible por mantenerse fuera de las batallas políticas.
Los demócratas pidieron la apertura de una investigación para determinar si se manipularon los datos para justificar la guerra. “Nos equivocamos y es algo muy inquietante”, dijo Kay ante el Comité de Fuerzas Armadas del Senado. “Debemos entender por qué nos encontramos con una realidad muy distinta de la que habíamos previsto”, declaró el ex inspector, que recordó que antes de la guerra países como Francia y Alemania –que se opusieron a ella– también creían en el arsenal de Saddam Hussein. Como ya lo hiciera estos últimos días, Kay centró sus acusaciones en la ineficacia de los expertos de la CIA y evitó responsabilizar al gobierno del presidente George W. Bush por los errores de valoración cometidos antes de la guerra. Pero su comparecencia, cuatro días después de su dimisión, se convirtió en el objeto de un duro enfrentamiento entre republicanos, que esperaban limitar los daños, y demócratas, que pidieron la apertura de una investigación para determinar si se manipuló la información e intentaban recuperar su testimonio para la campaña electoral.
Kay, describió el senador republicano John McCain, es “un científico que no suele encontrarse en este tipo de situaciones en año de elecciones” y debe maniobrar en una “atmósfera política altamente cargada”. Pese a haberse convertido en una seria amenaza para el gobierno del presidente George W. Bush, los republicanos difícilmente pueden desacreditar al ex responsable. Kay, ferviente partidario de la guerra, asumió su puesto en junio pasado convencido de que encontraría el arsenal de Saddam. Esto lo convierte en una baza escurridiza para los demócratas. Kay no irá hasta incriminar a la Casa Blanca. Ayer en su comparecencia apoyó de nuevo el derrocamiento del dictador iraquí y resaltó que las inspecciones, pese a haber cumplido con el 85 por ciento de su misión, debían continuar con más medios bajo el mando de su sustituto, Charles Duelfer. La teoría que ha circulado estos últimos meses es que el núcleo duro del presidente Bush, entre ellos el vicepresidente Dick Cheney y el subsecretario de Estado encargado del control de armamentos, John Bolton, marginaron a la CIA del proceso de decisión porque no aportaba datos suficientemente convincentes contra Saddam. Al tomar su puesto, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld incluso creó su propia unidad de inteligencia militar que operaba independientemente. “No sólo hubo un fallo de los servicios de inteligencia, también se manipularon los datos para justificar la guerra”, declaró durante la vista el senador demócrata Edward Kennedy.
Pero Kay refutó ayer esta idea. “Se ha dicho que los analistas fueron presionados para adaptarse a los objetivos políticos del gobierno, de este y del anterior. No es buena explicación. (...) Casi preferiría que fuera así porque sería más fácil de resolver. Pero nos enfrentamos a un problema mucho más grande. Por eso me refiero a una falla fundamental en nuestro sistema de análisis al que debemos enfrentarnos”. El ex inspector dejó abierta la posibilidad de futuras revelaciones. El pillaje y la destrucción que ocurrieron justo después de la guerra “siempre arrojarán una duda sobre las conclusiones finales” de la misión, indicó el ex responsable. “Los servicios de inteligencia –insistió Kay– también se equivocaron al subestimar la sofisticación de los programas nucleares de Irán y Libia”. Esto pone al jefe de la CIA, George Tenet, en una postura muy delicada. Tenet, uno de los pocos responsables nombrados por el ex presidente Bill Clinton que ha permanecido en el gobierno republicano, ha sabido hasta ahora esquivar los ataques por los errores cometidos no sólo con Irak sino también antes del 11-S. Pero es posible que por poco tiempo.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.