Por Julio de la Guardia *
Desde Ramalá

Después de casi un mes de inactividad militar en la Franja de Gaza, el ejército israelí realizó ayer una nueva incursión en el barrio de Zeitun. Al menos 9 palestinos murieron y otros tantos resultaron heridos en el transcurso de una violenta operación que fue condenada por el primer ministro palestino, Ahmed Qureia. Pero luego de reunirse en sus oficinas de Ramalá con el enviado especial de la Casa Blanca, John Wolf, Qureia se mostró dispuesto a entrevistarse con su colega israelí, Ariel Sharon.
Según fuentes de la Media Luna Roja, cinco de los muertos eran guerrilleros, aparentemente afiliados a la organización Jihad Islámica. Los otros cuatro cadáveres pertenecían a tres trabajadores que se vieron atrapados en el fuego cruzado y a un joven de 17 años, aseguraron. Entre los varios heridos se destacó el caso de un niño que fue alcanzado en un ojo, quedándose tuerto. La oficina del portavoz militar israelí afirmó en cambio que todas las víctimas, con la sola excepción del joven, eran combatientes.
El ejército justificó la operación como respuesta a los continuos ataques sufridos por el asentamiento de Netzarim, una colonia aislada en el medio de la Franja que sería susceptible de ser desmantelada según el plan de separación unilateral que contempla Ariel Sharon. El portavoz de la Jihad Islámica, Mohamed al-Hindi, prometió tomar represalias por lo ocurrido. “Hemos entendido este sangriento mensaje y responderemos adecuadamente”, señaló en tono desafiante. Y el ex candidato a primer ministro por el Partido Laborista, Amram Mitzna, criticó el momento elegido para la incursión. Al tener lugar un día después de la visita a Ramalá del ministro egipcio de Exteriores, Ahmed Maher, y durante la nueva misión del mediador estadounidense, John Wolf, “contribuye a destruir cualquier posibilidad de reactivar el proceso político”, señaló Mitzna.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.