Un total de 277 brasileños detenidos en Estados Unidos por inmigración ilegal fueron deportados ayer en un vuelo financiado por el gobierno norteamericano. Vigilados por 20 agentes de seguridad estadounidenses y acompañados por los tres legisladores brasileños que gestionaron su repatriación, los deportados llegaron al mediodía a Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais, de donde procede la mayoría. En los próximos meses se repatriarán, por tandas, 1100 brasileños que actualmente están detenidos en cárceles estadounidenses, sobre todo en Arizona y Texas.
Cuando el avión que traía a los deportados aterrizó en Belo Horizonte, micros alquilados por diversas alcaldías de Minas Gerais esperaban a algunos de los pasajeros. Otros partieron en aviones de cabotaje de tres aerolíneas brasileñas que aceptaron pagar parte de los pasajes. Pero antes de volver a sus casas, los repatriados tuvieron que pasar por un interrogatorio de la policía. “Queremos saber exactamente por qué estaban presos y si entre ellos hay gente vinculada con la ‘mafia de los pasaportes’ que actúa en Brasil”, dijo una funcionaria de la Policía Federal brasileña. También indicó que dos de los deportados podrían tener pedidos de arresto en Brasil: “Si eso se verifica, esas personas quedarán detenidas”. Según la embajada norteamericana en Brasilia, cada avión alquilado para deportar inmigrantes ilegales le cuesta a su gobierno 40.000 dólares. Pero mantener a un preso en una cárcel estadounidense le cuesta un promedio de 48 dólares por día. Esta misma embajada señaló que de octubre del 2002 a septiembre del año pasado 5246 brasileños fueron detenidos por entrar ilegalmente por la frontera de Estados Unidos con México.
La cuestión de los brasileños ilegales se ha transformado en un tema candente luego de que, invocando “el principio de reciprocidad”, un juez de ese país ordenara tomar fotos y huellas digitales a los norteamericanos que llegan a Brasil. Es que, desde hace un mes, todos los ciudadanos de los países a los que les exige visa que viajan a Estados Unidos deben dejarse fotografiar y registrar sus huellas por las autoridades migratorias estadounidenses. “Brasil no cumple con los tres requisitos que podrían exonerarlo de esa norma”, indicó la embajada norteamericana. Esos requisitos son: tener un porcentaje de rechazo de pedidos de visados de inmigrante inferior al tres por ciento, un programa activo de adopción de pasaportes con lectura óptica y poder demostrar la existencia de “protecciones adecuadas” contra el uso de pasaportes falsos.