Vie 30.01.2004

EL MUNDO  › ESCALADA DE VIOLENCIA EN LA REPUBLICA DOMINICANA

La huelga se tiñó de sangre

Por Juan Jesús Aznárez *
Desde Santo Domingo

Al menos seis personas murieron, 70 resultaron heridas y 400 fueron detenidas durante las 48 horas de huelga general contra la política económica del gobierno de Hipólito Mejía. En realidad se ha tratado de un plebiscito perdido por el presidente y de una amplia protesta por el desplome del poder adquisitivo de los ocho millones de habitantes de la República Dominicana.
La sublevación social y las pugnas en el partido oficial a raíz de que Mejía impusiera su candidatura a un nuevo mandato en las elecciones generales del 16 de mayo permiten anticipar un período de incertidumbre, precaria seguridad jurídica y retroceso de las inversiones e intercambios comerciales, fundamentalmente con Estados Unidos y España. Las movilizaciones y apedreamientos fueron reprimidos por el ejército y la policía y corrió la sangre en barrios conflictivos. La coordinadora que convocó las protestas, integrada por grupos ajenos a la disciplina de los partidos, calcula que el 97 por ciento de la actividad laboral de la República Dominicana quedó paralizada. La huelga fue masiva el miércoles y ayer se observó un ligero repunte en el comercio y el transporte público. Los promotores de la protesta exigen algunos imposibles: aumentos salariales del 100 por ciento, anulación de impuestos y medidas contra la escalada alcista de los artículos de primera necesidad y la devaluación del peso.
El oportunismo de una clase política o empresarial con escaso sentido de Estado agravan la crisis, pero las principales responsabilidades recaen sobre las torpezas, tumbos o corrupciones registrados durante la administración de Mejía que, desde marzo del año 2003, trabaja por la reelección. La Constitución la impedía, pero fue enmendada por la mayoría legislativa del oficial Partido Revolucionario Dominicano, las mañas o los sobornos, según la oposición. Mucho tendrán que cambiar las cosas para que Mejía recupere la popularidad, que cayó hasta el 20 por ciento. El aplauso parece imposible con una inflación acumulada cercana al 50 por ciento en poco más de un año y unas arcas públicas sin liquidez. No importa: Mejía no ceja. Investido en 2000, será proclamado mañana candidato presidencial del socialdemócrata PRD, a pesar de las resistencias de varios dirigentes de su partido, que anticipan su derrota en mayo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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