EL MUNDO
“Tras 500 años de resistir, decidimos tomar el poder”
En este reportaje, a tres meses de la caída de Sánchez de Lozada, Evo Morales está escéptico con el gobierno boliviano. Evo promete llegar al poder por las urnas.
Por Ana Carbajosa y Juan Miguel Muñoz*
Desde Madrid
Evo Morales, líder sindical, cocalero y principal dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia, tiene ante sí –tres meses después de la fuga del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, tras la revuelta popular de quechuas, aymaras y guaraníes, entre el 62 y el 80 por ciento de la población– una difícil tarea: transformar la protesta en propuesta. Lo sabe, y está dispuesto a hacer concesiones, todo con tal de ver a un gobierno indígena en el poder. “Después de 500 años de resistir, hemos decidido intentar tomar el poder.” “En América latina somos buenos en expulsar presidentes, pero no tan buenos para ponerlos”, reconoce Morales. Aunque considera que el actual mandatario, Carlos Mesa, es “más de lo mismo”, le reconoce su talante pacífico y, por el momento, no piensa desafiarlo en las calles. Prefiere esperar a las urnas. El líder del MAS asegura estar soportando continuas provocaciones por parte de la Casa Blanca, que lo acusa de financiarse a través de las FARC y del gobierno del venezolano Hugo Chávez. Morales, que se desmarca de los grupos más radicales –“no podemos apoyar el cierre del Parlamento, sería la vuelta a la dictadura”–, participó la semana pasada en Madrid en unas jornadas sobre Globalización y Trabajo, organizadas por la Fundación Madrid Paz y Solidaridad, de CCOO (sindicato de origen comunista).
–Hace tres meses de la huida a EE.UU. de Sánchez de Lozada tras el levantamiento popular. ¿Qué ha cambiado con el nuevo gobierno de Mesa?
–En tres meses no puede cambiar nada. Se fue el símbolo del neoliberalismo, pero no se fue el neoliberalismo. El problema de América latina es el modelo económico. Ya en 1985 Víctor Paz Estenssoro entregó las empresas públicas a manos privadas. Despidieron a los mineros y nacieron las reivindicaciones indígenas. En este último período, la solución que ha propuesto el gobierno de Mesa es la venta del gas de Bolivia a EE.UU. a través de Chile. Pero, ¿cómo por Chile si Chile nos debe? Hay un problema histórico (la salida al Pacífico de Bolivia). El programa económico que Mesa ha presentado es simplemente para atajar el déficit fiscal. Pero, al menos, este gobierno no utiliza la represión contra el pueblo. Hay tomas de tierras, protestas, pero se está intentando utilizar el diálogo.
–¿Significa eso que la tregua a Mesa continúa?
–El hecho de que Mesa haya decidido no gobernar con los partidos políticos hace que la gente tenga más esperanza. Pero sigue siendo un empresario neoliberal. El pueblo llegó a movilizarse mucho por las matanzas. El Ministerio de Defensa utilizó los tanques contra el pueblo. Si el gobierno no hubiera metido bala, el gobierno duraría, porque la clase media pensaba: “Marxistas, vagos, que se vayan a trabajar”. Pero con las muertes, las clases medias también salieron a la calle.
–¿Cuál es su posición en la disputa del gasoducto, que fue el detonante del estallido social? ¿Servirá de algo el referéndum para decidir el futuro del gas?
–El referéndum tendrá lugar en abril. El pueblo está pidiendo que los recursos naturales vuelvan a manos de los bolivianos. Pero, ¿qué se va a preguntar en la consulta? El gas está ahora en manos de las transnacionales y debe volver a manos del pueblo. En 1997 (al final del primer gobierno de Sánchez de Lozada) promulgó el decreto para transferir la propiedad de los hidrocarburos a las transnacionales. El nuevo decreto abrogó el antiguo. Y dice que los nuevos yacimientos serán del Estado, pero legitima que los anteriores no lo sean.
–De llegar al poder, ¿qué modelo económico aplicarían?
–No hay un solo modelo alternativo al neoliberalismo. Pero en Bolivia lo más importante es la redistribución de la riqueza. En Bolivia sigue vigente la propiedad comunal. Tenemos que saber combinar esa tradición conla economía mixta. Hay buenos empresarios, pero hay otros que son parásitos del Estado. Tenemos que proteger nuestros productos para que no nos inunden los de la UE y de EE.UU. Ha habido épocas en las que la leche europea costaba más barata aquí que la leche boliviana.
–¿Qué papel le reserva a Bolivia en América latina? ¿Se ven haciendo frente común con la Argentina y Brasil?
–La participación de Mesa en la Cumbre de las Américas dejó mucho que desear. Kirchner, Lula y Chávez pidieron otro ALCA. Este acuerdo en realidad debería llamarse el ALGA: Acuerdo de Libre Ganancia para las empresas multinacionales. Incluso en Cancún (sede de la última reunión de la Organización Mundial del Comercio), el grupo del G-20 tuvo mucho éxito, pero Mesa no se alineó.
–¿Qué solución propone al cultivo de coca?
–En España ya se comercializa un refresco con coca. En Italia, también. China está dispuesta a comprar grandes cantidades para fabricar mate de coca. Tendríamos que triplicar el volumen de las plantaciones sólo para cubrir las demandas del mercado chino. Queremos una alianza con EE.UU. para luchar contra el narcotráfico, porque lo que hace EE.UU. es utilizar el narcotráfico para controlar nuestro continente. Nosotros queremos que se defienda el mercado de la coca. No un mercado libre sino un mercado de coca legal.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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