EL MUNDO
› DISPAROS ATRIBUIDOS A LOS LEALES DE ARISTIDE
La marcha se tiñó de sangre
Miles de haitianos liderados por los cabecillas de la rebelión (desarmados) marcharon por la capital. En su final, al menos seis fueron muertos por “chimères”. La fuerza internacional no intervino.
Al menos seis personas murieron y 26 resultaron heridas ayer por disparos cuando opositores al depuesto presidente Jean Bertrand Aristide se dispersaban tras una manifestación en Puerto Príncipe. A una semana de la salida del presidente, miles de manifestantes celebraron la caída del ex sacerdote, al mismo tiempo que su leales se reunieron para realizar una contramanifestación. Los incidentes se produjeron como consecuencia de los disparos realizados por los “chimères”, partidarios del ex presidente Aristide, quienes tomaron por blanco a manifestantes de la oposición al ex presidente en las cercanías del Palacio presidencial y huyeron sin ser detenidos, lo que causó pánico entre la multitud. Uno los muertos es el corresponsal de la cadena española de televisión Antena 3, Ricardo Ortega. También resultaron heridos dos fotógrafos, uno estadounidense. Guy Philippe, el jefe de los insurgentes haitianos, amenazó con retomar las armas, tras los episodios de violencia.
La manifestación recorrió las calles de Puerto Príncipe, para pedir “un nuevo Haití para todos los haitianos”. Liderados por el Guy Philippe, los opositores marcharon hacia el Palacio Nacional y pidieron que Aristide retornara al país para ser sometido a la Justicia, al igual que sus ex colaboradores, entre los cuales el más repudiado fue el primer ministro Yvon Neptune. Al mismo tiempo, simpatizantes de Aristide se concentraron para repudiar “al ejército de ocupación” y para insultar al presidente George Bush de Estados Unidos. Tal y como habían pedido los convocantes, nadie iba armado, y la marcha fue acompañada, además de por la policía, por soldados franceses, mientras que los infantes de marina estadounidenses se apostaban en algunos cruces de calles para evitar la dispersión de los manifestantes. Una buena parte de los gritos, y de los carteles, exigían la detención y juicio de los principales responsables del partido de Aristide, Familia Lavalas, como el de “Detengan a (Yvon) Neptune”, que a pesar de la huida del presidente se ha mantenido, aunque oculto y protegido por los marines, en su cargo de primer ministro.
La manifestación comenzó por la mañana en la iglesia católica de Saint-Pierre, en el barrio alto y menos desfavorecido de Petion Ville, donde se celebró un acto ecuménico, para dirigirse luego hasta la sede presidencial. La multitud manifestante combinaba los cánticos de índole política con ritmos alegres, y también atronadores, de música popular, lanzados del enorme remolque de un camión que a ratos paralizaba la marcha.
Philippe manifestó al gentío que se limitó a “acompañar al pueblo haitiano en sus reivindicaciones de libertad” y resaltó que la comunidad internacional, al menos la presencia de tropas extranjeras, es “para garantizar la seguridad, pero no para dirigir el país ni decidir quién va a hacerlo”. Mezclados entre la muchedumbre, con camisetas con lemas como “la unión hace la fuerza” y visiblemente desarmados, los dos principales líderes rebeldes repartían saludos y firmaban autógrafos.
Los insurgentes dirigidos por Guy Philippe habían anunciado esta semana que habían depuesto las armas tras la llegada de una fuerza multinacional de alrededor de 2500 hombres, compuesta por tropas estadounidenses, francesas, canadienses y chilenas para ayudar a estabilizar la situación en Haití. Sin embargo, después de los incidentes violentos, Philippe afirmó a Radio Vision 2000 que “pronto estaré obligado a dar la orden a las tropas de retomar las armas que habían depuesto”.
También se veía en la marcha a Evans Paul, ex alcalde de Puerto Príncipe, y uno de los líderes de la Plataforma Democrática, convocante de la manifestación, que repetía que esta marcha pretendía limpiar de criminales del país, decir no más a ningún otro dictador, y dar la batalla por la democracia para demostrar la voluntad de cambio del pueblo haitiano. El ex senador de la oposición Paul Denis afirmó que: “Ya tenemos la victoria, pero –advirtió– la lucha va a continuar hasta extirpar el régimen de Lavalas”.