Mié 10.03.2004

EL MUNDO  › LOS MARINES TAMBIEN MATAN EN HAITI

El viejo método de los cowboys

Pandillas de “chimeres” chocaron con las fuerzas extranjeras. Hubo tres muertos, dos abatidos por fuerzas de EE.UU. y Francia.

Por Juan Jesús Aznárez *
Desde Puerto Príncipe

De nuevo, la violencia callejera en Haití. Tres supuestos seguidores del depuesto presidente Jean Bertrand Aristide fueron abatidos a tiros ayer cerca del aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, cuyos accesos quedaron cortados durante horas con barricadas de neumáticos y coches incendiados y pedruscos. Marines norteamericanos y franceses habrían matado a dos. Las tropas extranjeras encargadas de pacificar el país todavía no han podido hacerlo, continúa el vandalismo, y la reconciliación haitiana, a través de la negociación, se retrasa. Mientras, Gerard Latortue fue elegido para ocupar el cargo de primer ministro, según informó ayer el “consejo de sabios”. Ahora, el presidente Boniface Alexandre tendrá que confirmar el nombramiento. El consejo, formado la semana pasada por siete personalidades de prestigio, representantes de distintos sectores sociales, políticos, de las iglesias y universitarios, se había comprometido a designar al nuevo primer ministro.
Ayer, el juez de la Corte Suprema de Haití, Boniface Alexandre, juró oficialmente su cargo como presidente de esa nación. “Denuncio con todas mis fuerzas los crímenes cometidos el domingo y pido a la policía que arreste a los responsables y los lleve ante la Justicia”, dijo en la ceremonia de investidura al referirse a los seis muertos, entre ellos el corresponsal español Ricardo Ortega, y 26 heridos causados por francotiradores partidarios de Aristide durante la masiva manifestación del domingo, que pedía la cárcel para el ex cura de la Teología de la Liberación. Los marines mataron a uno de los presuntos atacantes. El presidente interino anunció una “comisión de desarme civil” de improbable eficacia. “Renuevo mi llamado a las Fuerzas Lavalas para que depongan las armas y las entreguen”, subrayó Alexandre. “Tienen su lugar en el proceso electoral”, agregó.
Entretanto, el primer ministro Yvon Neptune, hombre de confianza de Aristide, será sustituido en breve, porque casi nadie lo acepta. Cuando Alexandre lo confirme, el nuevo premier será Gerard Latortue, un ex funcionario de la ONU. Los candidatos que se barajaban eran el empresario Smarck Michel y el teniente general retirado Herard Abraham. Las gestiones de la comisión para designar al nuevo ministro son el primer paso para la integración del gobierno interino que convocará a elecciones. El partido Familia Lavalas, fundado por Aristide, exige muchas concesiones, argumentando que el presidente legítimo fue forzado a salir al exilio a punta de pistola por Estados Unidos, Francia y sus aliados en Haití.
La seguridad pública, sin embargo, constituye el problema número uno de Haití desde que el cinco de febrero comenzara la sublevación que derrocó al ex cura salesiano y causara cerca de 200 muertos. A primeras horas de ayer, pandillas de chimeres bloquearon la principal avenida de la capital y la ruta hacia el aeropuerto y apedrearon a las fuerzas que acudieron para despejar el área. Estados Unidos desplegó cerca de 2000 marines en Haití desde principios de mes. Un taxi que supuestamente se dirigía a gran velocidad hacia una patrulla norteamericana y desoyó los avisos de alto fue frenado a balazos. Su conductor resultó herido y el acompañante, muerto.
Los soldados franceses, un total de 800, mataron a otro haitiano que los apedreaba, y el tercer cadáver corrió a cuenta de la policía nacional. Yacía junto a una barricada. “Cuando los soldados ven a un vehículo acercándose a alta velocidad, lo perciben como una amenaza”, informó a la prensa el sargento Timothy Edwards. “El conductor murió. Otro hombre resultó herido y fue entregado a la policía haitiana.” La dotación internacional se completa con 130 soldados chilenos y 70 canadienses. Helicópteros artillados sobrevuelan las míseras barriadas donde el expresidente cuenta con mayor apoyo y donde se esconden cerca de 2000 chimeres armados, según un cálculo aproximado.
Los saqueos de los almacenes de alimentos, fundamentalmente aquellos situados en el puerto, la terminal área y áreas industriales, se suceden a diario. Nuevamente ayer, en un recorrido por la ciudad, eran visibles pelotones de policías persiguiendo a tiros a delincuentes, sometiéndolos contra el suelo con la pistola en la nuca o espantando de un puntapié en el trasero a los rateros de poca monta. El nuevo toque de queda rige en la capital desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana y en el norte del país, controlado por milicianos rebeldes desde febrero, pese a la presencia de comandos de marines, impusieron otro en Cabo Haitiano, la segunda ciudad en importancia, con cerca de un millón de habitantes.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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