EL MUNDO
Dos para un llamado solidario en torno a la crisis del Golfo Pérsico
Por Nigel Morris *
Desde Washington
Tony Blair y George W. Bush montaron ayer un espectáculo de solidaridad en torno de la crisis iraquí, insistiendo que Gran Bretaña y los Estados Unidos estaban decididos a llevar paz y estabilidad al país a pesar del creciente derramamiento de sangre. Después de las charlas de emergencia en la Casa Blanca, los dos líderes juraron que no volverían atrás en sus objetivos políticos y militares para Irak. Prometieron que el plan para el traspaso de poder a una administración interina iraquí el 30 de junio era inamovible. Confirmaron que querían que el traspaso fuera apoyado por una resolución de las Naciones Unidas, con el objeto de ganar más apoyo internacional a la estrategia de la fuerza de ocupación en Irak.
En apariencia bajo presión de Blair y de la comunidad internacional, Bush cambió su posición con respecto a Palestina e Israel, diciendo que el anuncio de Sharon sobre el retiro de la Franja de Gaza y partes de Cisjordania “marcaron el retorno a la Hoja de Ruta”. Esta semana, cuando los Estados Unidos apoyaron al primer ministro israelí en su negación del derecho de retorno los refugiados palestinos a Israel, pareció que los deseos de Blair habían sido ignorados. Por su parte, el premier británico reconoció que las tropas aliadas todavía estaban pagando un alto precio por su rol en Irak. Dijo: “No iba a ser fácil y no lo es ahora”. Pero prometió que su sacrificio no sería en vano, agregando: “Nos mantendremos firmes. Haremos lo que sea necesario para ganar esta lucha. No cederemos frente a los ataques contra nuestros militares y nuestros civiles”.
Blair dijo que la alianza angloamericana mantendría la fecha del 30 de junio para el traspaso de poder, aunque los detalles de la forma que tomará una nueva administración iraquí todavía están siendo negociadas. Blair dijo que las Naciones Unidas tendrán un “rol central” en la determinación de la forma de la democracia en Irak. Los esfuerzos serán redoblados para reforzar las fuerzas de seguridad iraquíes y comenzar la reconstrucción y los planes de inversión para el país. Al hablar a la prensa en el jardín de rosas de la Casa Blanca, agregó: “Creo que nuestros dos países seguirán con su rol como aliados y amigos, asegurando no solamente un futuro decente para la gente de Irak, sino también un futuro decente para la gente del mundo”. Ambos líderes sostuvieron una visión de una Irak estable y democrática que actúe como guía de la esperanza para otros países de Medio Oriente.
Blair había viajado a Estados Unidos el jueves, luego de un mes traumático en Irak, en el que las tropas ocupantes han estado presionadas en diferentes frentes y con una serie de secuestros y asesinatos de occidentales en Irak. También hubo signos claros de tensiones entre Gran Bretaña y Estados Unidos por las tácticas militares adoptadas por comandantes norteamericanos al intentar sofocar la revuelta iraquí.
Previo a las conversaciones de la Casa Blanca, Blair se reunió con el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en Nueva York, donde discutieron las propuestas para una nueva resolución de la ONU sobre Irak.
Ayer trascendió que los Estados Unidos está preparado para aceptar un compromiso más amplio por parte de la ONU en Irak, incluyendo la designación de líderes de un gobierno transicional. Estados Unidos intenta movilizar a la comunidad internacional para hacer frente a la degradación de la situación en Irak, proponiendo el despliegue de una fuerza encargada de proteger al personal de Naciones Unidas, que sin embargo, estaría bajo su comando. “Esta fuerza estará específicamente dedicada a la protección de Naciones Unidas, pero bajo control unificado de la fuerza angloamericana”, declaró ayer a la prensa John Negroponte, embajador de Estados Unidos ante la ONU, luego de consultas a puertas cerradas en el Consejo de Seguridad. Después de dos horas de conversaciones en la Casa Blanca, Blair y Bush intentaron suprimir los rumores de que los dos países estaban en desacuerdo por el apoyo norteamericano al plan israelí de retiro de la Franja de Gaza y retener algunos de sus asentamientos en tierras ocupadas.
Blair dijo: “No miremos a esta oportunidad a los ojos para luego desviar la vista”. Sin embargo, señaló que la propuesta de Sharon no era el final de las discusiones sino el punto de partida.
El presidente Bush instó a los líderes de la Autoridad Palestina que “aprovechen el momento” y dijo que podía llevar a un resultado donde “el concepto de un Estado palestino viable podría convertirse en una posibilidad real”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.