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› ISRAEL SE JURO MATAR AL LIDER SUPREMO DE HAMAS, KHALED MASHAAL
Cacería en los confines de la Tierra
Ariel Sharon no se arrepiente del asesinato de Abdelazis Al Rantisi, líder de Hamas. Es más: promete matar a su jefe supremo.
Por Donald Macintyre *
Ariel Sharon el primer ministro de Israel, se comprometió ayer a continuar con los asesinatos selectivos de líderes militantes, después de haber ponderado el exitoso asesinato del líder de Hamas Abdelazis Rantisi. Usando la reunión semanal de gabinete para elogiar la instrumentación militar de la operación, Sharon dijo que “esta política de hacer un esfuerzo, por un lado para hacer avanzar un proceso político y, por otro lado, golpear a las organizaciones terroristas y a sus líderes seguirá adelante”. Gideon Ezra, uno de sus ministros, dijo que el gobierno estaba incluyendo al exiliado Khaled Mashaal, el líder general de Hamas, en su lista de blancos.
Israel ha acusado a Mashaal –de quien se cree que se desplaza entre Qatar, Siria y Líbano– de ser el autor intelectual de la ola de ataques suicidas desde que la actual Intifada empezó hace tres años y medio. Los israelíes han tratado de matar una vez a Mashaal cuando agentes del Mossad trataron de asesinarlo en Jordania. Irónicamente, fue en canje de los dos agentes que el jeque Ahmed Yassin, asesinado en Gaza hace tres semanas, había sido liberado de una prisión israelí. Funcionarios israelíes dijeron ayer creer que la política de asesinatos selectivos estaba ayudando a poner las riendas sobre el descontrol de la violencia, y particularmente la ejercida sobre Hamas, porque era mucho más difícil para líderes militantes en fuga organizar ataques suicidas, mientras debían preocuparse por su propia seguridad.
Aunque miembros del gobierno subrayan que Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Palestina, “no tiene inmunidad” respecto de la política de asesinatos dirigidos, funcionarios israelíes dijeron que la política, por el momento, se concentraba en Hamas de modo de dar a la Autoridad Palestina la opción, si elige tomarla, para reprimir a sus militantes. Sharon ganó un apoyo importante y posiblemente decisivo para sus planes de evacuar Gaza cuando dos ministros de su gabinete que hasta ahora habían sido altamente escépticos –Benjamin Netanyahu, el ministro de Finanzas, y Limor Livnat, el de Educación– señalaron su respaldo al plan.
En los círculos políticos israelíes se cree ampliamente que uno de los factores conducentes al asesinato en Gaza es la determinación de Sharon de eliminar todo lo que sea posible del liderazgo de Hamas antes de retirarse de Gaza, y prevenir a Hamas y a otras facciones militantes de reivindicar la desconexión de fuerzas como una victoria propia.
Mashaal vinculó el asesinato con la aceptación por el presidente George W. Bush, el miércoles, de las demandas de Sharon de que partes del territorio en el lado palestino de la llamada “línea verde” de 1967 deberán permanecer en manos israelíes, y de que no debe haber derecho de retorno para los refugiados palestinos en cualquier acuerdo final.
Las razones que alega Israel para estas dos posiciones –a las que ha calificado sus “líneas rojas”, y con las que prácticamente la totalidad del espectro político nacional acuerda– son que el racimo de colonias ubicado en Cisjordania engruesa un territorio tan delgado que de otro modo se vuelve indefendible estratégicamente, y que el regreso de los refugiados –que suman unos 4 millones– dejarían a Israel en condiciones de inferioridad demográfica frente a los árabes –para considerarse un Estado judío–.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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