EL MUNDO
› JUEGO ELECTORAL ENTRE REPUBLICANOS Y DEMOCRATAS EN SU FASE AGRESIVA
La campaña norteamericana se calienta
Por José Manuel Calvo *
Desde Washington
“John Kerry ha rechazado armas vitales para ganar la guerra contra el terror.” “George W. Bush abandonó su servicio militar.” La seguridad nacional y el carácter se colocan en el centro de la intensa campaña electoral estadounidense. Faltan más de seis meses para las elecciones, pero el nivel de agresividad hace pensar que estamos ya en la recta final. Con el electorado dividido casi por la mitad, republicanos y demócratas, más que buscar a los independientes, se concentran en alimentar a sus bases y tratar de dañar al máximo la imagen del adversario, sobre todo en los 18 estados en los que las diferencias de intención de voto entre Bush y Kerry se reducen al mínimo. Este último también ataca la política económica de la actual administración en su gira “Primero el trabajo”.
El “presidente de guerra” ataca al héroe de Vietnam, pero éste no se queda callado. Bush tiene más dinero disponible que Kerry, pero al demócrata le hacen el trabajo sucio organizaciones y grupos que cargan duramente contra la Casa Blanca. Esta semana es especialmente importante en el duelo cruzado, porque el jueves comparecen Bush y el vicepresidente, Dick Cheney, ante la comisión que investiga el 11-S, y el sábado se cumple un año del aterrizaje triunfal de Bush en el portaaviones Abraham Lincoln bajo la pancarta que proclamaba “Misión cumplida”. Para afianzar esa imagen, el cuartel general electoral de Bush –que gastó 50 millones de dólares en anuncios televisivos entre marzo y abril– lanzó desde ayer otra andanada en los 18 estados en los que la pelea es más cerrada. Los anuncios –otros 10 millones de dólares en los próximos 12 días– ofrecen un despliegue de moderno armamento con vehículos de combate, aviones y helicópteros que se van desvaneciendo mientras una voz dice: “John Kerry ha rechazado armas vitales para ganar la guerra contra el terror”, y se recuerdan algunas propuestas de recorte de gastos militares que tuvieron el voto de Kerry en el Senado.
Los demócratas contraatacan con una ofensiva destinada a minar la imagen del poderoso vicepresidente, el hombre que menos creía en la amenaza de Al Qaida y el que más empujó para hacer la guerra de Irak. Terry McAuliffe, presidente del Partido Demócrata, afirmó: “Durante cuatro años, Cheney no ha sido sincero con los estadounidenses. ¿Por qué ahora vamos a creer una sola palabra de lo que diga sobre Kerry?”. Los ataques contra Bush ponen en primer plano el descontrol en Irak, con más de 700 muertos, de los que un centenar han sido en abril, y la ausencia de planes claros. Ayer, Kerry atacó además la política económica de la administración Bush con la pérdida de empleos (3 millones desde el 2001), en su gira por los estados de Virginia Occidental, Pensilvania, Ohio y Michigan.
MoveOn.org, uno de los grupos más radicalmente anti Bush, ha hecho un anuncio en el que se contrapone el expediente heroico de Kerry en Vietnam con el liviano servicio militar de Bush en Texas, del que se dice que estuvo “ausente durante meses”: “Estas elecciones tienen que ver con el carácter. Tienen que ver con John Kerry, que no dejó abandonado a ninguno de los suyos, y con George W. Bush, que simplemente abandonó”. La campaña de Kerry, que ha dado a conocer informes médicos en los que dice que aún tiene metralla en el muslo izquierdo, trata de contrarrestar la imagen que Bush tiene en las encuestas –las últimas dan una ligera ventaja al actual presidente ante su rival– como presidente de guerra apoyándose en su historial. Aunque Bush se mantiene relativamente firme, su crédito tampoco es exuberante: en el sondeo de The Washington Post y ABC descienden al 51 por ciento los que dicen que la guerra mereció la pena –hace un año eran más del 70 por ciento– y llegan al 54 por ciento los que consideran que el presidente no está manejando bien la situación.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.