EL MUNDO
› EL PENTAGONO HABRIA ORDENADO TORTURAR EN GUANTANAMO E IRAK
La pistola humeante de Mr. Rumsfeld
La situación de Donald Rumsfeld, cuestionado secretario de Defensa norteamericano, se complicó aún más con informes de que ordenó torturar en Guantánamo e Irak. Y los militares dudan de su estrategia.
Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa norteamericana, estuvo toda la semana pasada bajo fuego por el escándalo de las torturas a prisioneros en Irak. Pero ayer, luego de días de sostener que los vejámenes a los prisioneros de la base de Abu Ghraib eran sólo “incidentes aislados”, se lo empezó a acusar personalmente de ordenar tormentos. Y, en un revés de su frente interno, dos altos oficiales militares en actividad cuestionaron su gestión de la guerra, aunque la Casa Blanca salió a defenderlo una vez más.
La última revelación provino del Washington Post, que ayer afirmó que el Pentágono aprobó en abril de 2003 una lista de 20 técnicas para interrogatorios de prisioneros en la base naval de Guantánamo (Cuba), donde hay unos 600 detenidos, de los que sólo dos han sido acusados formalmente. Entre esas técnicas de interrogatorio figura invertir los períodos normales del sueño, la desnudez, someter a los presos a altas temperaturas o al frío, “asaltos sensoriales”, exponiéndoles a música a alto volumen o potentes luces, según el periódico, que cita fuentes estadounidenses de Defensa. Directrices similares a las de Guantánamo fueron aprobadas para ser utilizadas en algunos detenidos en Irak, a los que se considera que pueden aportar información valiosa por ser sospechosos de actos de terrorismo o por estar supuestamente vinculados con grupos de insurgentes. Asimismo, el recién dimitido ministro iraquí de Derechos Humanos, Abdul Basid Turki, alegó en una entrevista publicada ayer por el francés Journal du Dimanche que los abusos a reos se han producido en “todas las bases estadounidenses” desde que comenzó la ocupación de Irak. Turki sostiene que todavía la semana pasada hubo maltratos a los presos y que en noviembre pasado comunicó su “inquietud” al administrador de EE.UU. en Irak, Paul Bremer, pero entendió que “él no tenía el poder para pedir a los militares que cambiasen sus métodos”.
La situación de Rumsfeld se complicó aún más por los cuestionamientos militares. El general Charles Swannack, comandante de la 82ª División Aerotransportada del ejército, declaró que EE.UU. estaba ganando la guerra desde el punto táctico, pero, interrogado sobre si en realidad no la estaba perdiendo, repuso: “Creo que estratégicamente, sí, a menos que aseguremos coherencia en nuestra política”. Igual de directo fue el coronel de ejército Paul Hughes, uno de los planificadores de la ocupación: “Perdí a mi hermano en Vietnam. Me prometí a mí mismo, cuando entrara en el servicio activo evitar que eso volviera a ocurrir. Aquí estoy, 30 años después, convencido de que ganaremos cada pelea y que perderemos la guerra, porque no comprendemos la guerra en la que estamos metidos”.
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