Doblegado (al menos por el momento) por los halcones de su propio partido, el premier israelí Ariel Sharon tuvo que posponer ayer una visita a Washington que iba a darle el apoyo de su principal aliado a su política de separación unilateral de los palestinos. Sharon anunció ayer que presentará en tres semanas un nuevo plan de separación de los palestinos, después de que el Likud, su partido de derecha, rechazara el proyecto inicial, mientras al menos dos palestinos morían por la noche en los territorios palestinos.
“El primer ministro va a presentar un plan con algunas pequeñas modificaciones con la esperanza de que el actual gobierno lo adopte. En caso contrario, no dudará en cambiar de mayoría” en la composición de la coalición, indicó un allegado a Sharon que pidió el anonimato. Pero el ministro de Finanzas Benjamin Netanyahu, principal rival de Sharon en su partido, rechazó la idea de una simple remodelación del plan, dado el rechazo masivo que obtuvo el 2 de mayo en un referéndum interno. Los “duros” del Likud anunciaron que no permitirán al primer ministro que ignore la votación de los miembros de su partido.
El primer plan de Sharon preveía una retirada militar de la franja de Gaza y la evacuación de las 21 colonias instaladas en ese territorio, al igual que otros cuatro asentamientos aislados en el norte de Cisjordania. George W. Bush había apoyado sin reservas el plan de Sharon durante una reunión entre los dos responsables a mediados de abril, un respaldo que en palabras del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, causó “conmoción” entre los países árabes.