EL MUNDO
› OPINION
Un 11-S en miniatura
› Por Claudio Uriarte
La administración Bush bien puede estar festejando. Al lado del siniestro video mostrando la decapitación de Nick Berg en tiempo real, la colección completa de las fotos digitales de abusos y torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib debe parecerse a Porky 4. El video de Berg se sobreimprime y termina borrando las fotos, y es posible que refuerce al 69 por ciento de estadounidenses que piensan que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, debe permanecer en su puesto. Es más: puede dar voz a un sector de la opinión que considera silenciosamente que la tortura es el camino correcto para tratar con salvajes semejantes.
En cuanto a los motivos de Al Qaida, de filiación sunnita, para semejante acción, deben buscarse en la intrincada mentalidad de ajedrecista de Osama bin Laden. Abu Musab al Zarqawi, segundo de Bin Laden y que se hace responsable del asesinato, es sospechado por EE.UU. de digitar la masacre de peregrinos chiítas en Kerbala y Bagdad el 2 de marzo en un intento de provocar la guerra civil. Washington también le atribuye una carta en un CD-Rom en el que hablaba de ataques a la mayoritaria población chiíta para causar un enfrentamiento con los sunnitas que destruya los planes norteamericanos de traspasar el poder formal a los iraquíes el 30 de junio. Lo cierto es que, desde que la ocupación estadounidense caotizó al país desbandando al viejo ejército de Saddam Hussein, un actor exógeno y nuevo parece haber encontrado su lugar dentro del vacío de poder resultante. Ese enemigo parece mucho más serio que Saddam Hussein; carece de escrúpulos de nacionalidad y está dispuesto a todo para lograr sus fines.
El resto puede intuirse. Bush se fortalecerá de este 11 de septiembre en miniatura, Rumsfeld conservará su puesto y John Kerry se replegará en las encuestas. Y Lynndie England y Sabrina Harman, las soldados de las fotos obscenas con los prisioneros, dejarán el ejército norteamericano para conseguir lucrativos contratos como conejitos en la revista Playboy.