Mié 03.04.2002

EL MUNDO

Aviones, tanques, soldados y hasta misiles desde barcos sobre Belén

El quinto día de ofensiva israelí sobre Cisjordania se centró en Belén, Beit Jalá y Jenín. Hay indicios de que la Franja de Gaza sería el objetivo próximo.

Por Peter Beaumont*
Desde Belén

Aviones de guerra, blindados y tropas de infantería lanzaron ayer un ataque masivo a la ciudad cisjordana de Belén, mientras el premier israelí Ariel Sharon siguió adelante con la segunda fase de su ataque de cinco días sobre blancos palestinos. El ataque fue abierto por helicópteros israelíes a la una de la mañana del martes mientras los buques de guerra lanzaban misiles sobre un número de objetivos alrededor de la Plaza de Manger y la Iglesia de la Natividad. Dos horas más tarde, docenas de tanques israelíes y un número similar de transportes blindados de personal entraron a la ciudad desde la vecina ciudad de Beit Jalá, en la dirección de la Tumba de Raquel, cerca de los límites de la ciudad. El ejército israelí dijo que estaba buscando militantes en la ciudad. Por otro lado, la organización Reporteros Sin Fronteras denunció que 30 periodistas ya fueron heridos, expulsados o detenidos de las zonas del conflicto. En Belén, unos 40 pacifistas europeos quedaron atrapados en un hotel, y uno está herido. Un palestino muerto en la Franja de Gaza y alertas de la ONU en esa zona sugieren que se está preparando una invasión allí.
Los testigos describieron luchas desesperadas en barrios cerrados en la vieja parte de Belén, una madriguera de angostas callejuelas y calles de piedra detrás de la Plaza Manger, mientras las fuerzas israelíes iban de casa en casa y entraban a los edificios religiosos buscando combatientes palestinos. Superados por las fuerzas israelíes, los palestinos lucharon desesperadamente para mantener a las tropas israelíes alejadas de la plaza. Los hombres armados palestinos frecuentemente han usado el área alrededor de la Iglesia de la Natividad como refugio, con la esperanza que Israel evitará luchar cerca de ella. Durante el ataque, los helicópteros israelíes dispararon deliberadamente por primera vez a la plaza misma, mientras los hombres armados corrían a cubrirse.
Las fuentes palestinas dijeron que los hombres armados, incluyendo el líder local de la brigada de los Mártires de Al Aqsa, se habían refugiado en áreas cercanas a las iglesias de la ciudad durante el fin de semana, mientras Israel apretaba su lazo alrededor de Belén y Beit Jalá. Ayer a la tarde el sonido de fuego cruzado podía escucharse en las desiertas calles de Belén mientras los tanques y los transportes blindados disparaban granadas y usaban ametralladoras sobre los blancos palestinos. Las tropas israelíes también tomaron posiciones de francotiradores en los edificios altos que dan sobre varios campos de refugiados de Belén.
Adentro de un monasterio cerca de la Plaza Manger, el padre Severino, un sacerdote católico, dijo que la Iglesia de la Natividad estaba bajo el “bombardeo israelí”. Añadió: “Desde donde estoy puedo ver a los tanques israelíes a pocos metros. En este momento está tranquilo, pero estamos muy asustados”. A pesar de los informes de que un número de muertos de la pelea incluyendo a una monja, a la que según los palestinos le habían disparado y herido cuando trataba de impedir el paso por la puerta de su fundación religiosa a los soldados israelíes, las fuerzas israelíes impidieron que las ambulancias recuperaran los muertos y los heridos.
Más temprano ese día había habido confusión sobre los informes de que un sacerdote italiano de 62 años, el padre Giacomo Amateis, había muerto de un disparo en un convento católico romano en Belén. El jefe regional de la orden salesiana dijo que el padre Giacomo había hablado por teléfono con su madre y con miembros de la delegación apostólica del Vaticano en Jerusalén para informar que estaba sano y salvo. A medida que crecían los temores y la confusión, los medios italianos informaban que el sacerdote franco-libanés, padre Jacques Assad, de 54 años había sido asesinado en Belén. Más tarde se confirmó que estaba vivo.
Mientras Israel seguía adelante con el ataque, las cabezas de todas las iglesias cristianas en Jerusalén apelaron al presidente de Estados Unidos, George Bush, para que detenga el ataque. Los líderes de la iglesia en Jerusalén le pidieron al presidente que “detenga inmediatamente lainhumana tragedia que está teniendo lugar en esta Tierra Santa”. Dijeron que muchos residentes de Belén estaban privados de agua, electricidad, alimentos y medicinas y que varias instituciones religiosas había sido ocupadas por las tropas y dañadas. “Apelamos a su conciencia cristiana. Usted es el único que puede detener esta tragedia inmediatamente”, le escribieron a Bush los líderes de las iglesias. “Nosotros, a cambio, haremos nuestra parte mediando por la paz y la seguridad de toda la gente de esta tierra, tanto israelíes como palestinos.”

* The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: C.D.

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