EL MUNDO
› BUSH Y BLAIR HABLARAN DE MEDIO ORIENTE
Una cumbre anglosajona en Texas
Los primos transatlánticos se reunieron ayer y el tema es Medio Oriente. El presidente estadounidense George W. Bush recibió al primer ministro británico Tony Blair en su rancho tejano, en un momento en que la escalada violenta en Medio Oriente relega las discusiones sobre un ataque a Irak a segundo plano. El encuentro ocurrió un día después de que Bush ordenara al secretario de Estado, Colin Powell, viajar a Medio Oriente este domingo para conseguir un esquivo cese al fuego con el que Bush pretende ganar apoyo inmediato de las naciones árabes para su ataque a Irak, o apoyo a largo plazo para esa política estadounidense.
Aunque la Casa Blanca admitió preocupación por la intensa ofensiva que inició Israel hace una semana en los territorios palestinos, ha dejado ver que no permitirá que la misma interfiera en su meta final sobre “un cambio de régimen” en Bagdad. Bush tampoco permitirá que nadie “obstaculice” su intención de evitar que Irak supuestamente provea a terroristas armas biológicas, químicas o nucleares, “no importa cuán compleja” sea la situación en la región, dijo su portavoz Ari Fleischer. El mismo Blair, de quien se esperaba que sugiriera un firme pero cauteloso acercamiento al tema de Irak, dijo ayer a la cadena estadounidense NBC que “no estamos proponiendo acciones militares en este momento”.
Por su parte, los principales ayudantes de Bush, que en su mayoría han guardado silencio sobre la ofensiva israelí, renovaron sus críticas al líder palestino Yasser Arafat, y se quedaron a un paso de calificarlo como irrelevante al proceso de paz. “Mi preocupación es que Yasser Arafat no pueda actuar. Se le han dado muchas oportunidades –dijo Bush a la cadena británica ITV en una entrevista emitida ayer–. Ha decepcionado a su gente y hay otros en la región que pueden dirigir”, agregó. Entre ellos, mencionó al príncipe heredero saudita Abdalá, al rey Abdalá de Jordania y al presidente egipcio Hosni Mubarak como posibles interlocutores de los palestinos. Powell se reunirá con todos ellos la próxima semana y Fleischer ya adelantó que éste no tiene planes de reunirse con Arafat.
El portavoz también guardó silencio cuando se le preguntó si no es una burla a Bush que Israel haya ignorado no sólo su pedido para que se retire de los territorios palestinos, sino que haya escalado la represión contra supuestos militantes palestinos. Dijo que en una región envuelta en la violencia por “décadas, los eventos importantes no necesariamente ocurren de la noche a la mañana (...) obviamente, las naciones de la región van a asimilar lo que él dijo”. Fleischer agregó que “el Presidente quiso decir lo que dijo (al pedir la retirada) y espera resultados (...) el plazo es: tan pronto como sea posible”.
Sobre Irak, responsables estadounidenses señalaron que esperan que, gracias a sus “especiales” relaciones con Washington, Londres juegue su tradicional papel de puente con el resto de Europa. Pero Blair enfrenta resistencia en Gran Bretaña a una extensión de la campaña antiterrorista que incluiría el objetivo, largamente anunciado por Washington, de desalojar a Saddam Hussein del poder.