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El general autorizó los abusos
Ricardo Sánchez, comandante de las fuerzas de Estados Unidos en Irak, dirigió las tácticas abusivas contra los presos iraquíes en el penal de Bagdad, según lo documenta el diario The Washington Post.
El teniente general Ricardo Sánchez, jefe de las tropas de Estados Unidos en Irak, autorizó los abusos cometidos a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, según informó ayer el diario The Washington Post. Sánchez, según el periódico, autorizó a altos mandos de ese penal ubicado en las afueras de Bagdad el uso de perros, la aplicación de temperaturas extremas, variar los hábitos del sueño, privaciones sensoriales y dietas a base de pan y agua. El periódico indicó que el comandante de las fuerzas norteamericanas –que será reemplazado de su cargo, según se anunció el 25 de mayo– adoptó buena parte de las técnicas de “interrogatorios de alta presión” utilizadas con los detenidos en la base naval estadounidense de Guantánamo, en Cuba.
La política sobre los procedimientos de los interrogatorios fue aprobada a comienzos de septiembre pasado, poco después de que un general del ejército enviado desde Washington inspeccionó la prisión y propuso al Pentágono su idea de enviar a miembros de la policía militar “para ayudar en la aplicación de los métodos de alta presión” a los detenidos. Documentos obtenidos por el rotativo detallan las 32 tácticas de presión e intimidación autorizadas por Sánchez en interrogatorios a los detenidos en la prisión iraquí. Los documentos dejan claro que los soldados podían aplicar esas técnicas intimidatorias sin tener que pedir autorización a mandos militares fuera de la prisión, lo que supuso una mayor “flexibilidad” en el trato de los prisioneros iraquíes, agrega.
Algunos oficiales de alto rango del Comando Central, a cargo de las operaciones militares en Irak y con sede en Florida, se opusieron a las 32 tácticas aprobadas por Sánchez en septiembre. Sánchez eliminó entonces de esa lista algunas de las técnicas y ordenó que los oficiales solicitasen primero su visto bueno para proseguir con el resto de los métodos.
Entre las tácticas que Sánchez habría suprimido de esa lista el pasado 12 de octubre figuran las humillaciones, la confiscación de artículos religiosos de los prisioneros, privación de la luz solar y amenazas de castigos más severos. No obstante, otras tácticas como el uso de perros, el traslado de prisioneros a lugares inhóspitos para los interrogatorios, la “manipulación de la dieta” (por ejemplo, dar de comer cerdo a los musulmanes, algo prohibido por su fe), confinamiento en solitario por más de 30 días y la adopción de posturas incómodas durante un máximo de 45 minutos se mantuvieron vigentes.
Algunos oficiales dijeron que Sánchez aprobó el uso sólo de una de las más severas técnicas (aislamiento por período largo) en 25 ocasiones después del 12 de octubre y antes del tercer set de reglas estipulado en mayo. Los oficiales han descripto los actos de abuso cometidos por personal del ejército en Abu Ghraib antes y durante ese tiempo como “actividades aberrantes fuera de toda regla”. Uno de los documentos, “Compromiso en reglamento de interrogatorio” –que se le pidió firmar a cada oficial de inteligencia militar–, establece una amplia variedad de tácticas de presión aprobadas en septiembre y disponibles hasta el cambio de reglas del 12 de octubre. La lista de esas sádicas tácticas derivó de “La política de contrarresistencia e interrogatorio” del 10 de septiembre, aprobada por el Grupo 7 de tarea conjunta dirigida por Sánchez. Mientras que el documento establece que “los detenidos no serán tratados inhumanamente ni serán humillados”, permite el uso de sonido alto, gritos, la reducción de calor en invierno y ventilación en verano y “posturas estresantes” durante 45 minutos cada cuatro horas, todo sin el permiso de algún oficial a cargo de los interrogatorios en Abu Ghraib.
Esas tácticas continuaron aplicándose hasta que salió a la luz el escándalo de los abusos en Abu Ghraib en mayo pasado, con la divulgación de numerosas fotografías. Con todo, oficiales estadounidenses indicaron que Sánchez autorizó el confinamiento en solitario en 25 ocasiones después del 12 de octubre, y antes de emitir nuevas órdenes en mayo.